Opinión
Por
  • Diario del AltoAragón

El movimiento vecinal

Antonio Tuda junto a alcalde de Huesca, Luis Felipe; y el primer teniente de alcalde, José María Romance.
Antonio Tuda junto a alcalde de Huesca, Luis Felipe; y el primer teniente de alcalde, José María Romance.
Ayuntamiento de Huesca

El movimiento vecinal de la capital representado por la Federación de Barrios Osca XXI denuncia el “estancamiento” de la ciudad y recuerda que hay demandas pendientes de las que ya no se habla, como la conexión de la calle Teruel con Juan XXIII. Durante años, el objetivo era enlazar el paseo de Lucas Mallada con doctor Artero y la calle Fraga. Una vez construido el puente de Pedro Lafuente parece increíble que no se realizara antes, pero no hay que esperar a eso, porque ya llama la atención que la ciudad tenga una cicatriz, la que marca la vía del tren, que separa el barrio de Los Olivos y el de La Encarnación, y que sea necesario adentrarse en el centro para pasar de un lado a otro, especialmente caminando. Por ello, es imprescindible buscar soluciones para articular y favorecer la movilidad en la ciudad.

Son este tipo de reivindicaciones para las que tiene sentido la existencia de un movimiento vecinal que, en según qué barrios, también parece estar “estancado”, por lo que es necesario implicarse en estas organizaciones para trasladar las demandas a los gobiernos locales. El Perpetuo Socorro ha conseguido que se apruebe la construcción del nuevo centro de salud. En ese sentido, ha trabajado durante más de 30 años Antonio Tuda, el que fuera presidente de la asociación de Santo Domingo y San Martín, donde siempre ha existido un gran sentimiento de barrio. En este tiempo, se ha conseguido del desdoblamiento de los Danzantes, el Palacio de Congresos, la piscina Almériz y la reurbanización del Coso Bajo o de Ramón y Cajal. Ahora, el Ayuntamiento ha reconocido su labor: ¡Enhorabuena, Antonio! Este es el sentido: reivindicar para construir.