Opinión
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  • Colectivo de Mujeres Feministas

Un diciembre sangriento para las mujeres

Concentración ayer en Escalona (Toledo) en repulsa por el asesinato de una mujer embarazada.
Concentración en Escalona (Toledo) en repulsa por el asesinato de una mujer embarazada.
E. PRESS

EL PASADO 25 de Noviembre habíamos nombrado a las mujeres asesinadas por violencia de género y machista lo largo de este año. Ya eran demasiadas, aunque si había algo menos terrible en esa cifra era que confirmaba el lento descenso en el número de víctimas en la serie histórica desde que se recopilan datos de este tipo de violencia. Todo ha saltado por los aires en este terrible mes de diciembre. Como si se hubieran ido animando unos a otros esos agresores que ya han pensado en más de una ocasión acabar con la vida de las mujeres con quienes mantenían o habían mantenido una relación y que no estaban dispuestos a dejarlas vivir libres y en paz.

Dicen que los riesgos aumentan con las separaciones, cuando son vacaciones o días festivos, cuando ellas ponen las denuncias, cuando perciben que el entorno familiar de ellas las va a apoyar. Son capaces de llevarse por delante a sus propios hijos e hijas, o asesinarlas delante de ellos; algunos optan por el suicidio otros saben que les espera la cárcel, pero lo que todos tienen en común es que no pueden aceptar que ellas sigan viviendo fuera de su control. Matar a los hijos o hijas, dos casos de violencia vicaria este año, al que hay que sumar el de la joven de 20 años de este jueves, sabemos que es también intentar acabar con la vida de la madre, infligiéndole un mayor daño si cabe. Los menores asesinados desde 2013 como violencia vicaria ascienden a 48.

El miércoles 28 se convocó un Gabinete de Crisis entre el Ministerio de Igualdad, el Ministerio de Justicia y el Ministerio de Interior para analizar el repunte de casos y buscar medidas urgentes para intentar frenar la masacre del que es ya el peor mes de diciembre desde que se tienen datos.

Hay que mejorar la coordinación entre las diferentes instituciones, han insistido desde el Ministerio de Igualdad, pero también ha pedido a la sociedad en su conjunto que “no baje la guardia”, como recoge Marisa Kohan en el diario Público, así como extremar la precaución y la alerta ante cualquier indicio de violencia que se detecte, ya que estamos ante un delito público que puede ser denunciado por cualquier persona, no sólo por la víctima. El 016 o el 112 son los teléfonos con los que contactar en caso de necesidad,”porque las instituciones y las Fuerzas de Seguridad del Estado están disponibles las 24 horas del día, los siete días de la semana”. Las organizaciones feministas que atienden casos de violencia de género y hacen acompañamiento de mujeres que sufren dicha violencia llevan años detectando las grietas por donde se producen fallos en el sistema de atención y protección y que no terminan de resolverse. Desde estas organizaciones también se insiste en la coordinación entre la parte social y la judicial, así como mejorar en relación a las medidas de protección.

En estos momentos 31.161 mujeres se encuentran en el sistema de Viogén por malos tratos, de los cuales 17 se encuentran en riesgo extremo y 706 en riesgo alto con medidas de protección reforzadas. Corresponde a las instituciones ser garantes de la protección necesaria para frenar la violencia machista, pero para que ello sea posible también hacen falta más recursos materiales y personales para poder atender todos estos casos. Hacen falta más trabajadoras sociales, psicólogas, profesionales en los Centros de Atención Primaria y en los Servicios Sociales con una formación en prevención y detección permanente que llegue lo antes posible a las víctimas y a su entorno y pueda acompañarlas de la manera más adecuada.

Pero todas y todos sabemos que para acabar con este reguero de asesinatos machistas, hay que incidir sin descanso en las bases que alimentan esas personalidades machistas que consideran justificados los golpes y la violencia extrema para acabar con las vidas de sus parejas o exparejas respondiendo al mandato patriarcal.

Por ello es tan urgente que la educación en igualdad, en el respeto a la libertad de cada cual, en la resolución pacífica de los conflictos, en la aceptación del fracaso en una relación de pareja y el rechazo a la violencia, el control, la sumisión y el dominio como formas de relación se generalicen en todas las etapas educativas de manera permanente. Se trata de evitar que sigan formándose futuros maltratadores o agresores, antes de que terminen siendo asesinos.

No podemos olvidar, como señala Lara Carrasco en Infolibre, que los datos del Barómetro del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) publicado en 2021, revelaron que uno de cada cinco varones (20% ) de entre 15 y 29 años entiende que la violencia machista es un invento ideológico, porcentaje que ha aumentado desde el 2019 en que la cifra era un 11,9%. También resulta tremendamente preocupante el dato recogido en otro estudio según el cual el 20% de los jóvenes entre 18 y 21 años no considera violencia golpear a su pareja durante una discusión.

Son de sobra conocidos los discursos negacionistas de la violencia de género tanto de Vox como de algunos foros muy activos en las redes sociales donde se alimentan los mensajes contra el feminismo y los derechos de las mujeres, tachando al movimiento feminista de feminaza y antihombres. Combatir la violencia machista y el discurso del odio que el machismo supone, es hoy una tarea más ardua, sin duda, debido al auge de estos discursos.

Pero para acabar con los asesinatos machistas, como se acabó con los asesinatos del terrorismo de ETA, hay que acabar también con todo el discurso que los alimenta y en ello debemos estar todas más unidas que nunca. Que nadie se engañe pensando que es posible mantener el discurso machista de la supremacía masculina y acabar con la violencia que dicho discurso genera. Durante siglos, un número inmenso de hombres han asesinado a las mujeres -y lo siguen haciendo aquí y en todo el mundo- por no someterse a su mandato, pues ese era el papel otorgado a unos y otras socialmente. Erradicar la violencia sólo es posible a través del avance de la igualdad y el respeto a la libertad de todas y cada una de nosotras.

A un día del fin de Año, día en el que gran parte de la población estará celebrando la llegada del año nuevo, muchísimas mujeres y sus familias seguirán bajo el yugo del maltratador, En casi 50 familias, estarán llorando a las madres, hermanas, hijas, amigas que fueron asesinadas por un asesino machista.

Por ellas, no olvidamos sus nombres.