Opinión
Por
  • Diario del Altoaragón

Queridos Reyes Magos

Melchor, Gaspar y Baltasar a su llegada ayer a Huesca.
Melchor, Gaspar y Baltasar a su llegada ayer a Huesca.
Pablo Segura

HOY ES UN DÍA MÁGICO, uno de los días más bonitos del año, después de una noche en la que los sueños de muchos toman forma al pie del árbol o junto al belén, en el que los Reyes, por fin, han llegado al portal guiados por la estrella. Es un día de esperanza en el que se confía que los sueños que no caben en un paquete puedan cumplirse durante el año. Son aquellos vinculados a la salud, al amor o a la paz en el mundo, que tras la pandemia y la guerra de Ucrania han dejado de ser anhelos repetidos por la fuerza de la costumbre para convertirse en necesidades acuciantes. Comienza un año con un entorno cambiante -aunque quizá sería deseable que lo fuera más-, pero con una certidumbre: una inflación disparada, que hará más dura la cuesta de enero. Por ello, al margen de soñar con que los Reyes Magos apliquen su magia para cumplir con los deseos de la carta para mejorar el mundo, será más productivo apuntar las tareas y aplicarse para propiciar el cambio desde el ámbito local al internacional.

La globalización ha enseñado que ni los problemas sanitarios ni los económicos tienen fronteras ni atañen a un solo gobierno, por lo que es más importante que nunca una buena coordinación institucional para resolver los grandes problemas. Con todo, en el ámbito local, existen retos más pequeños a los que sí se les puede ‘poner un lazo’, que están al alcance de instituciones, empresas y agentes sociales para impulsar el desarrollo de una provincia. Este territorio tiene mucho potencial en anhelos mundiales como la sostenibilidad, que suena parecido a ‘paz y amor’, pero que será clave en el futuro. De la unión por un objetivo común, nace la magia.