Turismo entre capitales

Sucede a menudo, que se viaja a países lejanos sin conocer las maravillas que tenemos más próximas. No necesariamente por desprecio, sino porque siempre están más a mano, aunque a veces nunca se llegue a ellas y se disfruten. Por ello, es importante recordar que la capital oscense está aquí, en medio de una provincia con una naturaleza espectacular, entre la montaña y el desierto, y en la que merece la pena detenerse para recorrer sus calles, monumentos y comercios.

En los últimos años, se han organizado visitas guiadas como atractivo para que los zaragozanos entren en la ciudad de camino a otro lugar o que esta misma sea su destino en el puente de San Valero. También en Zaragoza el centro comercial Puerto Venecia celebra el día de San Vicente y ofrece patatas asadas a los oscenses, que aprovechan este día para acudir a los coletazos de las rebajas. Ambas ciudades miran al turista próximo en unos días valle en los que son conscientes de que sus vecinos tampoco marchan muy lejos. Son muchos ya los zaragozanos que aprovechan estos días para conocer la historia de la ciudad y disfrutar de su gastronomía en los restaurantes o de los productos agroalimentarios que pueden adquirir en el comercio local.

La capital oscense todavía tiene trabajo por hacer porque la competencia a su alrededor no es fácil, pero debe ofrecer atractivos para que se convierta en una parada o destino obligatorio. Si San Juan de la Peña es un lugar que todo aragonés debe visitar, sucede lo mismo con San Pedro el Viejo, donde reposan los restos de reyes medievales que cambiaron la historia. Es solo parte de un agradable y sorprendente recorrido. ¡Bienvenidos, vecinos de Zaragoza!