Un Festival de Cine que crece

EL FESTIVAL DE CINE de Huesca ha batido un récord histórico de cortometrajes recibidos, con un total de 2.228 obras. Esta cifra es algo más que un número, es la expresión de que la cita es un referente internacional en su género. La madurez sienta estupendamente a un certamen consolidado, que va a por su 51ª edición después de celebrar medio siglo de éxitos. Además, son muchos los que quieren estrenarse como directores, ya que las óperas primas han aumentado de 593 que se presentaron en la anterior edición a 654. Sin duda, la próxima edición promete.

Huesca ha demostrado con creces con este festival que cuando se trabaja con entusiasmo, profesionalidad y rigor se consiguen grandes resultados y poner a una ciudad pequeña en la órbita del cine. El mérito es mayor cuando en lugar de apostar por los largometrajes, se defiende un formato al que todavía, 50 años después, hay que acostumbrar a la industria y al mercado de distribución. Aquí, en Huesca, el público ya está habituado a disfrutar de los cortometrajes y de unos días de abrirse a nuevas propuestas, historias y formas de contar de cualquier parte del mundo. Un privilegio que se encuentra en una pequeña capital, que se convierte esos días en un lugar de peregrinación de los amantes del cine. Este año, además, estarán especialmente unidos el nombre del Festival de Cine y de Carlos Saura, nuestro cineasta más internacional, recientemente fallecido, que da nombre al Premio Ciudad de Huesca. Fiel a su cita con el séptimo arte, del 9 al 17 de junio, se desarrollará un evento ya maduro en el que se va a incorporar un “Comité de Juventud” para que aporte ideas en un guiño a un futuro por rodar.