Saura vuelve a Huesca

DESDE AHÍ, desde una de las Cuatro Esquinas donde se ha colocado la escultura en recuerdo a Carlos Saura, recientemente fallecido, el cineasta oscense va a tener “un buen ángulo para hacer fotos”. Así lo vio su viuda Eulàlia Ramón, que participó ayer en el emotivo y sencillo acto en el que Aragón entregó a Huesca la escultura, con la que se rinde homenaje a este director de cine, un oscense universal, que siempre que llegaba a la ciudad iba a pasear por el Parque Miguel Servet y a ver Las Pajaritas, obra de Ramón Acín. Ahora, ya cuenta con un espacio privilegiado en el que ayer se detuvieron muchos oscenses para ponerse delante de la mirada de un genio, delante de su cámara de fotos, que cuelga de la pieza creada por el altoaragonés Julio Luzán, ya que siempre la llevaba al cuello. Y así se le ha visto en Huesca en más de una ocasión cuando los premios a su trayectoria o el que lleva su nombre del Festival de Cine lo han traído de vuelta al Coso, donde queda para siempre su recuerdo y ese reconocimiento al talento aragonés.
El Gobierno de Aragón encargó esta pieza que ha entregado a la ciudad, en la que dice: “Aragón a Carlos Saura Atarés. Huesca, 4 enero 1932; Collado Mediano, Madrid, 10 febrero de 2023. Con inmensa gratitud por su descollante contribución a la historia del cine español y a la cultura universal a través de la vitalidad de su extensa, creativa y personal obra”. Y al pie, un fragmento del texto de ‘Eclesiastés 3, El hombre y sus circunstancias’, que tanto le gustaba: “Todo tiene su tiempo,/ y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir;/ tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado...”. Tiempo de permanecer.