Colonias de verano

SERÁN MILES los que observaron por primera vez en el cielo oscense las Perseidas, una fascinante lluvia de estrellas, en la que jamás habían reparado y que se convierte en más mítica todavía por las circunstancias; ahí, tumbados con el saco sobre la esterilla y una pequeña linterna, en una noche de experimentación, de dormir al raso, en un campamento de verano. Y es posible que esa imagen, quizá por los amigos que tenían al lado o quizá porque nunca la habían disfrutado, se quedará para siempre en su memoria; o será otra, la de aquella cumbre de la excursión, pero en cualquier caso el paisaje altoaragonés forma parte de las vivencias de miles de niños y niñas que cada verano pasan por la provincia.
El Instituto Aragonés de la Juventud informó este lunes de que se ha batido un récord de participación en acampadas y colonias de verano, con 33.305 participantes, y todavía no ha terminado, porque aún pueden recibir más solicitudes. Es la cifra de Aragón, pero la realidad es que la mayoría se realizan en la provincia de Huesca, con un total de 24.206 asistentes entre monitores y menores.
Esta es una de las actividades que generan un importante movimiento económico en el entorno en el que se producen, por el paso de miles de personas, pero sobre todo se trata de una gran campaña de promoción turística. Muchos de ellos descubrirán un lugar al que siempre querrán volver o quizá lo hagan solo alguna vez en la vida pero, sin duda, es una gran fórmula para dar a conocer el territorio. Menores de diversas provincias españolas viven en nuestro territorio experiencias inolvidables, por lo que es una manera de sembrar para el futuro, sin olvidar los beneficios económicos más directos del presente.