¡Viva San Lorenzo!

CUANDO hoy suenen los primeros acordes de la danza de las espadas y empiecen a bailar los Danzantes de Huesca, la emoción invadirá la ciudad, inmersa desde ayer en una fiesta continua, que encuentra en el día de hoy, el día de San Lorenzo, el momento para la devoción. Son la música y los bailes la expresión de fervor laurentino que los oscenses llevan en su corazón. Es un instante de alegría, para sonreír, pero también para emocionarse mientras recuerdos y sensaciones invaden a cada uno de los oscenses que acuden y que no renuncian a formar parte de esta tradición, cada vez más enraizada en las fiestas laurentinas. También ayer se comprobó la fuerza de un sentimiento capaz de mover a las multitudes y de atraer a miles de personas a una fiesta para todos los públicos. El blanco y verde -bien es cierto que el morado reinó entre los más jóvenes- viste a toda la población y todos tienen un lugar en la fiesta.
La magia volverá a producirse en el instante en que la imagen de San Lorenzo atraviese la puerta de la basílica para encontrarse con los oscenses y volverá a procesionar sobre la peana, que lucirá este año con los textiles renovados. Este es un momento para la devoción y el respeto a una creencia y a una tradición, en el que se lucen las mejores vestimentas de la provincia. Será un día de compartir mesa con familia y amigos, con el pollo al chilindrón y el melocotón con vino, pero también de volver a abrir el Coso taurino y quizá la puerta grande. La fiesta continuará... con el deseo de que sea feliz para todos y con el pensamiento puesto también en los que no están o por circunstancias vitales no pueden disfrutarla. Es la fiesta de todos. ¡Viva Huesca! ¡Viva San Lorenzo!