Almériz: una piscina para todos

Hoy se cumplen veinte años de la apertura de la piscina cubierta pública Almériz. Y todos, en mi modesta opinión, deberíamos celebrar esta efemérides con satisfacción, orgullo y alegría. Digo esto por la acogida social que ha tenido esta instalación desde sus comienzos. Pero, además, recordando el proceso de participación ciudadana puesto en marcha para definir el modelo de piscina que el Ayuntamiento en ese momento quería construir: un proceso que resultó modélico. No lo digo yo, sino que nos lo transmitieron todos aquellos que participaron en él, así como los técnicos deportivos de otras poblaciones que, cuando visitaban la instalación se admiraban y copiaron el resultado final.
Una de las claves de este éxito fue el nuevo talante con que se diseñó y ejecutó la obra, fruto de un constante diálogo entre la parte técnica deportiva municipal y los técnicos arquitectos redactores del proyecto con el fin de definir no solo el proyecto básico, sino también el definitivo, y todo ello coordinado por los representantes políticos municipales.
Otra novedad fue la de incluir en el pliego de condiciones administrativas y técnicas la figura del asesor en construcción de piscinas cubiertas, tarea finalmente asumida por un arquitecto con una amplia trayectoria que había construido más de cincuenta en toda España.
Para elaborar la propuesta inicial nos reunimos con profesores y alumnos de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte del Campus de Huesca, con directivos, técnicos y entrenadores de la Federación de Natación, con la Coordinadora de Asociaciones de Personas con Discapacidad de Huesca (CADIS), con socorristas y monitores de natación, con representantes de los usuarios de la piscina del Parque con el fin de que nos trasladaran sus inquietudes no solo en lo relativo al funcionamiento general de la futura piscina, sino también a la hora de diseñar los vestuarios y la accesibilidad general de la instalación.
Muy importante fue contar con la experiencia de los empleados del Patronato Municipal de Deportes, que habían estado trabajando durante años en la piscina cubierta del Parque y en las piscinas de verano. Organizamos, conjuntamente con la citada Facultad, unas jornadas abiertas a la ciudadanía en las que explicar nuestra idea inicial y recoger las sugerencias y propuestas de clubes, federaciones, técnicos, entrenadores, ciudadanos y usuarios del medio acuático para luego plasmarlas en el proyecto técnico definitivo.
Además asistimos en Barcelona a una de las ediciones del Salón Internacional de la Piscina y a la Feria Tecnodeporte de Zaragoza, donde conocimos los resultados de nuevos materiales y tecnologías que pudimos implantar en nuestra futura piscina.
Visitamos varias instalaciones acuáticas en Calahorra, Zaragoza, Logroño y Sant Joan Despí para ver el modelo de gestión y los problemas constructivos con que se habían encontrado los respectivos ayuntamientos a la hora de su realización.
En resumen, hicimos un trabajo previo para preparar el mejor proyecto acorde a las necesidades de la ciudad.
El Patronato Municipal de Deportes planteó su puesta en marcha con mucho sentido común, planificando tres fases bien definidas. Primero la inauguración oficiosa, que tuvo lugar el 9 de abril de 2003 con todas las autoridades autonómicas, provinciales y locales presentes y con un espectáculo acuático magnífico realizado por la compañía oscense Lagarto Lagarto. La segunda fase tuvo lugar de mayo a agosto de ese año, período en el que pudieron acceder a las instalaciones clubes y otros colectivos reglados con el fin de comprobar los posibles fallos de funcionamiento o de organización. Y finalmente, la tercera fase comenzó el 8 de septiembre, cuando se permitió acceder al público deseoso de practicar la natación.
En cuanto a la denominación de la piscina, quisimos que su nombre aludiera a la toponimia tradicional, ya que por esa ubicación, en el siglo XII, transcurría la acequia de regadío árabe Almériz. En la fachada decidimos poner la palabra piscinas en tres alfabetos castellano, árabe y cirílico, evidenciando así la realidad de una diversidad social que por aquellos años ya era importante en nuestra ciudad que había acogido cerca de seis mil inmigrantes en búsqueda de una vida mejor.
La piscina Almériz tuvo un coste de 4.225.069,02 euros, financiado principalmente por el Ayuntamiento de Huesca y con la ayuda del Gobierno de Aragón y de la Diputación Provincial de Huesca. El proyecto se aprobó en el pleno municipal del 8 de mayo del 2000 con los votos favorables del PSOE, PP, PAR e IU y la abstención de CHA.
Veinte años después, los datos lo dicen todo: más de 3.350.000 usuarios desde su inauguración. En 2022 los ingresos ascendieron a 232.623,00 euros, y los gastos, a 774.912,97 euros (hay que tener en cuenta la subida brutal del gas en ese momento), es decir, que mantener anualmente la piscina Almériz cuesta al erario público 542.289,97 euros que posibilitan 141.278 usos, un promedio de 590 usos al día.
Este vigésimo aniversario de la piscina Almériz tiene que ser un motivo de alegría y satisfacción de la ciudadanía en general y de los usuarios en particular por disfrutar de esta instalación que se mantiene en el tiempo y con el rendimiento social que ha tenido, tiene y tendrá.
La piscina la han disfrutado todos: niños, jóvenes, adultos, mayores y personas con diversidad funcional mediante cursos de iniciación al medio acuático o simplemente ejercitando la natación. En este sentido, nos congratulamos de la campaña municipal anual de cursos gratuitos de iniciación a la natación escolar que dio comienzo en los noventa y que es un ejemplo para muchos municipios.
El que una ciudad de 54.400 habitantes disponga de dos piscinas cubiertas públicas es un privilegio con el que otras ciudades soñarían.
Soy de las personas que creen que pagar impuestos sirve, entre otras cosas, para financiar infraestructuras y servicios esenciales en beneficio de la comunidad, y debemos exigir que las Administraciones Públicas nos los reviertan, por ejemplo, con estos servicios de calidad, y en este caso, para mejorar nuestra salud y nuestra vida.
Felicidades a todos por este logro ¡y a seguir disfrutando!
Domingo Malo Arilla es exconcejal socialista Ayuntamiento de Huesca (1995-2015).