Ojalá

Lo que sí debería de saber el Presidente es que en la calle los ciudadanos hablan del asunto y que a buena parte les escandaliza verle como rehén de Carles Puigdemont, pero sobre todo que se pueda amnistiar a quienes intentaron perpetrar un golpe contra la Constitución, además con fondos públicos. Si lo hace, si acepta ese chantaje, si apuesta por el todo vale por el poder, sin duda será Presidente pero perderá más de lo que va a ganar. De eso se dará cuenta en el futuro y si no al tiempo....
Que no se equivoque y le equivoquen quienes le dicen que las críticas y el malestar es solo entre los “dinosaurios” de su partido y en las filas de la derecha. Le engañan o se engaña si se lo cree. Y se engañará si cree que el asunto Puigdemont y de la amnistía es cosa de las élites y no forma parte del paquete de las preocupaciones de los ciudadanos y que el asunto no está en la conversación pública.
Ahora, desde el PSOE oficial y en el entorno presidencial atacan sin piedad a Felipe González y a todos los ex altos cargos que se han atrevido a cuestionar la decisión de Pedro Sánchez de sacar adelante una amnistía que favorezca a Puigdemont y los suyos para así contar con sus votos y gobernar.
Utilizan argumentos que hielan: recuerdan los errores que el propio Felipe González cometió durante su presidencia y por tanto le niegan autoridad moral para cuestionar nada de lo que haga Pedro Sánchez.
Y sí, sin duda González cometió errores mayúsculos, pero entre él y Sánchez hay grandes diferencias, a mi juicio a favor del ex presidente, que nunca antepuso sus intereses personales a los del país ni tampoco, sino todo lo contrario, tenía esa sed de poder que demuestra el actual Presidente.
Así que entre los actuales dirigentes socialistas los hay que alegan que, dado los errores que pudo cometer González en el pasado, ahora no debía decir una palabra más alta que otra y mucho menos criticar a Pedro Sánchez. No diré que me sorprende, porque hace mucho tiempo que los políticos dejaron de sorprenderme, sobre todo cuando se trata de cuestiones que tienen que ver con el poder.
Además están convencidos de que las urnas les han dado la razón para seguir gobernando aunque no hayan ganado las elecciones. Se olvidan que se presentaron a las elecciones asegurando que la amnistía no cabía en la Constitución y que en su programa electoral no figura nada de lo que ahora parece que pretenden hacer.
No sé si queda algo del Pedro Sánchez que conocí repleto de ambición, sí, pero también de ilusión por ofrecer a su partido y al país un nuevo proyecto dentro de los parámetros de la socialdemocracia. El problema es que ha terminado siendo el ejecutor del programa de Pablo Iglesias, que pasa por denostar y acabar con todo lo que se creó a partir de la Transición y de la aprobación de la Constitución.