Voluntad de diálogo

EL DEBATE DE INVESTIDURA de Alberto Núñez Feijóo comenzó ayer con apoyos insuficientes y en medio de un ambiente que no da esperanza de que fructifique, pero con un discurso en el que apeló a la necesidad de alcanzar pactos de Estado en torno a grandes asuntos, que permitirían un gobierno del PP en minoría. El ganador de las elecciones del 23-J abogó por “garantizar la estabilidad del país”, para dejar atrás los bloqueos y apoyarse en el trabajo de la Cámara.

Todo ello sin dejar de mostrarse con claridad frente a las exigencias del independentismo catalán como crítica a los posibles acuerdos a los que pueda llegar Sánchez, mientras agradeció el apoyo de los partidos. Pero para conseguir esos pactos de Estado necesitaría la voluntad del PSOE, que no dio ayer muchos indicios de que vaya a existir.

Aunque se desconocía hasta el último momento quién replicaría a Feijóo, en el fondo todo el mundo esperaba que fuera el propio presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, quien aprovechara el tiempo de respuesta. Por ello, se escucharon los abucheos en el Congreso y las críticas de la oposición. Fue, sin duda, una sorpresa que se encargara al socialista Óscar Puente el discurso que, por otra parte, supuso un descubrimiento para muchos españoles. Pero no se trata de si el exalcalde de Valladolid, que a pesar de ser el más votado no pudo gobernar -como dijo, “de ganador a ganador”-, era la figura más indicada o de si estuvo más o menos acertado, sino de que Sánchez mostrara un cierto desdén. Quizá sea el momento de que los dos grandes partidos muestren su voluntad de entendimiento para gobernar España sin peligrosas concesiones.