LOS MUNICIPIOS donde se ubica la central más grande del Pirineo, la de Lafortunada, que realmente contiene dos: la del Cinca y la del Cinqueta, cobran por primera vez una tasa por la ocupación de monte público desde que se construyeran. De alguna forma, se recibe como una restitución a la montaña como generadora de energía y de recursos.

En la práctica, el núcleo de Saravillo (perteneciente al Ayuntamiento de Plan), de poco más de 80 habitantes y que con su escuela abierta demuestra el amor de sus habitantes por la tierra, recibe más de 55.000 euros, lo que supone más de la mitad de los recursos disponibles hasta ahora por otros usos del monte como los cinegéticos o la tasa por la pista de acceso al Ibón de Plan. Bastante menos, porque no les ocupa tanta superficie, cobrarán los municipios de Plan, donde empieza el sistema, y Tella-Sin, dado que pasa por Badaín. Son pueblos que han resistido con mucho esfuerzo y escasas inversiones mientras su territorio permitía generar recursos millonarios de los que nunca se han beneficiado.

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), encargada ahora de la gestión de la central del Cinqueta tras la reversión al Estado, inició los trámites con los municipios que atraviesa del salto del Cinqueta para regularizar esta situación, porque nunca se había abonado tasa alguna a pesar de que está regulado por la DGA cualquier uso. Con anterioridad, lo había conseguido Bielsa por el salto de Barrosa. Por ello, se entiende como un paso adelante en la restitución aunque queda pendiente la vieja reivindicación de participar en los beneficios. Los municipios confían en que las concesiones del futuro lo contemplen.