Sociedad

ESTADÍSTICAS

El 7,6 % de las aragonesas mayores de 65 años sufre violencia machista

El IAM elabora un estudio pionero en España centrado en esta franja de edad

El 7,6 % de las aragonesas mayores de 65 años sufre violencia machista
El 7,6 % de las aragonesas mayores de 65 años sufre violencia machista
S.E.

ZARAGOZA.- Las mujeres aragonesas de más de 65 años son las que más sufren la violencia física por parte de sus parejas, seguidas de las jóvenes (16-24 años). Asimismo, en Aragón se considera que el 7,6 % de las mujeres mayores de 65 años sufre violencia, pero solo un 2,7 % se identifican como víctimas.

El Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) ha elaborado un estudio pionero en España en materia de violencia de género contra las mujeres mayores en el que se recoge que solo el 15 por ciento de las mujeres que denunciaron violencia de género el año pasado eran mayores de 65 años, además, poco más del 50 por ciento del entorno de las víctimas en esa franja de edad les animan a denunciar.

Asimismo, la violencia en mujeres mayores tiene un carácter estructural e instrumental que sirve para someter la voluntad de las mujeres y limitar su autonomía. Estos son algunos de los datos que se extraen de "La Violencia de Género contra las mujeres mayores en la población aragonesa", un estudio pionero impulsado por el Instituto Aragonés de la Mujer (IAM).

Este estudio, que ha presentado este jueves la directora del IAM, Natalia Salvo, "parte de la necesidad de profundizar en el conocimiento de la violencia contra las mujeres y en particular en mujeres mayores, una violencia que ha estado oculta y ocultada durante mucho tiempo", según ha recalcado. Se trata del primero que se realiza en España sobre este tema, impulsado desde el IAM, realizado la consultora RED2RED, especializada en género, y financiado con cargo a los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

El objetivo principal del estudio es la identificación de la violencia de género en el seno de una relación afectiva que sufren las mujeres mayores en Aragón (en los términos contemplados en la Ley Orgánica de 2004); conocer la prevalencia de este tipo de violencia y sus características y establecer recomendaciones para la intervención en la erradicación de este tipo de violencia.

A pesar de que, el 24 % de las 25 mujeres asesinadas en Aragón desde 2003 han sido mayores de 65 años, solo el 2 % de las denuncias pertenecen a mujeres de esa franja de edad. Salvo ha añadido que Aragón está muy por encima de la media nacional, que se sitúa en el 12,8 %, pero en este sentido ha dicho que "también es importante destacar que es una de las cinco autonomías más envejecidas".

Ha señalado Salvo que la violencia psicológica o de control es la más extendida en esta franja de edad. Con relación a las denuncias y las tipologías de violencia, ha explicado que el 6,1 % de las mujeres mayores de 65 años ha sufrido violencia sexual, el 7,4 % miedo, el 17,9 % violencia psicológica de control, el 15,2 % violencia psicológica emocional y el 9,5 % violencia económica.

El estudio recoge que la violencia psicológica, que es la de mayor prevalencia en mujeres mayores, deja graves secuelas de autoestima. También son frecuentes la violencia física y sexual, aunque la última continúa siendo un terreno oculto.

DESDE EL NOVIAZGO

La directora del IAM ha indicado que la violencia de género en mujeres de más de 65 años es continuada en el tiempo y se inicia, generalmente, en el noviazgo, "lo que genera una cronicidad que dificulta la atención psicosocial". Otro de los aspectos que se extraen del estudio es que las mujeres desarrollan estrategias de supervivencia mediante la activación de la indefensión aprendida y que tienen mayores dificultades para salir de una relación violenta.

De hecho, tan solo el 32% de mujeres de más de 65 años lo hace, frente al 73% de las menores de 65 años que sí lo logran. Además, existe un importante sentimiento de culpabilidad por los hijos que dificulta la separación (la culpa por que sean ellos quienes tengan que cuidar del agresor en caso de divorcio).

Asimismo, Salvo ha señalado que las mujeres que logran salir de estas situaciones necesitan rehacer su vida tras tantos años de maltrato, para lo que se requiere una restauración psicológica, y se detecta una crisis, sienten que su vida se desmorona.

El estudio aflora una normalización de la violencia generada por la tradición y la costumbre, así como una resignación frente a ella. Los entornos no animan a la denuncia en mujeres mayores de 65 años, apenas el 52,9 % lo hace, una cifra que se eleva al 84,1 % cuando se trata de mujeres de menor edad.

Natalia Salvo ha apuntado que la denuncia es absolutamente tímida y "se constata que en los entornos perduran las ideas de que hay que aguantar o de que es algo natural porque se han socializado en sociedades más machistas y esto genera que haya una normalización de la violencia". Para que una víctima se anime a denunciar, "el compromiso de los entornos es fundamental".

El estudio muestra que la violencia de género en este colectivo es estructural e instrumental que sirve para someter la voluntad de las mujeres y limitar su autonomía. Además, perdura el peso del modelo conservador y rígido de la feminidad y la violencia se articula como una continuación de la sociedad patriarcal en la que se socializaron.

El estudio permite señalar que la edad y la ruralidad constituyen factores de vulnerabilidad en la violencia de género, el primero por la ocultación y la naturalización de la violencia y el segundo por el aislamiento y el menor acceso a información y recursos.

RECOMENDACIONES

La información recogida en el estudio ha permitido redactar recomendaciones aplicables en diferentes ámbitos. Se extrae la necesidad de escuchar a las mujeres mayores, especialmente a las víctimas, dejar atrás paternalismos y centrarse en las mujeres, profesar un mayor respeto hacia ellas, evitar la revictimización y potenciar su autonomía.

En el ámbito institucional se recomienda reformar la coordinación interinstitucional, fortalecer protocolos y procedimientos, garantizar un acceso prioritario de mujeres mayores víctimas de violencia a una residencia pública y revisar los protocolos de valoración del riesgo.

En la atención biopsicosocial se insta a incorporar la perspectiva de género en todos los recursos de atención sociosanitaria y atención especializada de personas mayores.

En el ámbito judicial y normativo se recomienda buscar una solución económica para las mujeres de más de 65 años que deciden denunciar violencia de género, buscar que puedan permanecer en su hogar, encontrar una solución habitacional para los agresores y agilizar y mejorar la eficacia del sistema judicial.

En el ámbito educativo se insiste en el refuerzo de la educación en igualdad y en respeto. Por otro lado, respecto a la investigación se incide en la necesidad de mejorar el conocimiento de la violencia en mujeres mayores y en realizar estudios sobre el rol de los maltratadores. En el terreno de la comunicación, se recomienda realizar campañas y materiales divulgativos e incluir perspectiva de género en toda la información y comunicación.

El estudio se ha realizado mediante una revisión documental, análisis estadísticos (sobre informes de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, las fuentes estadísticas del IAM y del Instituto Nacional de Estadística) y un análisis cualitativo basado en la creación de grupos de discusión y entrevistas semiestructuradas. Las variables tenidas en cuenta para desarrollar el trabajo cualitativo han sido edad -entre 65 y 80 años- y, por otro, la cuarta edad con mujeres de más de 80 años y el entorno (municipios rurales, semiurbanos y urbanos).

SENSIBILIZACIÓN

El IAM ha realizado diferentes acciones a lo largo de esta legislatura para la erradicación de la violencia de género en mujeres mayores.

También se ha incorporado el factor de vulnerabilidad de las mujeres mayores en la actualización de los protocolos de coordinación en materia de violencia contra las mujeres en Aragón y se ha impulsado un nuevo decreto de ayudas económicas que contiene una línea específica para mujeres mayores de 65 años.