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El taller de Feli Benítez se despide de los grausinos

Cierra sus puertas como espacio de intercambio cultural, pero su creación se mueve con la autora

El taller de Feli Benítez se despide de los grausinos
El taller de Feli Benítez se despide de los grausinos
S.E.

DESPUÉS DE ocho años y tras haber albergado en su seno casi 80 actividades distintas, "El Taller de Feli" se ha despedido de los grausinos esta semana. Cierra sus puertas como espacio de intercambio cultural, si bien como taller creativo solo se traslada, ya que las piezas de la artista Feli Benítez, alma mater de esta iniciativa comercial y cultural, cada vez tienen mayor demanda a nivel nacional e internacional. "El taller de Feli soy yo, así que me lo llevo donde yo vaya", dice la creadora, entre satisfecha, sorprendida y emocionada al descubrir de manos de sus vecinos lo que ha significado para Graus la actividad en este espacio que ha sido mucho más que un taller.

El centro abrió como local comercial en junio de 2010 y lo fue hasta 2015. "Desde entonces a ahora, solo puedo abrir con continuidad en verano, Semana Santa y Navidades porque el resto del tiempo tengo que viajar. Cada vez recibo más invitaciones de ferias y no puedo compatibilizar ambas actividades. Me han invitado a ferias en Frankfurt o París y tengo que elegir. No puedo tener un local comercial abierto y salir fuera", reconoce.

Feli elabora productos artesanales para adorno personal y decoración, cuadros y láminas. Entre los materiales que utiliza: metal, piedra, cuero, acero, madera, especias, arcilla polimérica y objetos de desecho reciclados (latas, acetatos de celulosa, aluminio, papel de muestrarios, envases de productos de limpieza, piedras, discos compactos, etcétera). "He hecho ferias de artesanía en todo el territorio nacional y en algunos países extranjeros (Francia, Italia, Cuba, Perú, Estados Unidos) desde 1983. En muchas de ellas he sido seleccionada por la originalidad de mis diseños, por la utilización de materiales novedosos o por la reutilización de materiales residuales", relata de una trayectoria que la obliga ahora a dejar este espacio fijo que, además de taller creativo, ha significado mucho para gran cantidad de ribagorzanos en su vertiente de Sala de exposiciones y Espacio cultural

El centro ha dado prioridad a los artistas ribagorzanos o vinculados al territorio y ha albergado y promovido cuarenta exposiciones de disciplinas artísticas que van de la fotografía al diseño gráfico pasando por la pintura, la escultura, la forja, la cerámica, el dibujo, el grabado, la litografía, la instalación, el "art povera" o el reciclaje artístico.

En cuanto al espacio cultural, el Taller de Feli ha organizado, acogido y desarrollado ocho actuaciones musicales, cinco recitales poéticos, otras cinco presentaciones editoriales, cuatro talleres para la Comarca de la Ribagorza (Ferieta del Consumo Responsable y Ayuntamiento de Graus (Mida), tres talleres para niños en sede propia, actividades de asociaciones sin ánimo de lucro (Banco del tiempo de la Ribagorza, Asociación el Tremoncillo, Plataforma en contra de la Línea de Alta tensión, Escuela de verano de Graus, etcétera).

"Estos días previos al cierre están viniendo muchas personas. No sabía que el taller era importante para tanta gente y eso da satisfacción porque es en lo único que yo quería, que esas actividades fueran rentables, no económicamente sino socialmente. He cedido el espacio, y a quien hay que darles las gracias es a todos ellos, a los artistas y al público", apunta Benítez, quien decidió dedicar parte de su taller a dar a conocer el talento de la zona.

"Cuando me instalé aquí vi que había una proporción de talento y creatividad en esta comarca que es sorprendente. El taller se inauguró el 24 de junio 2010, cuando empezó como taller que me permitía elaborar piezas que vendía aquí y en ferias y ya en octubre, tuvo lugar la primera actuación con una exposición de una reconocida fotógrafa de Zaragoza, acompañada por músicos locales y varios poetas. Fue un evento potente para empezar", recuerda.

Con esa actividad, Feli Benítez comenzó a andar un camino nuevo de una forma intuitiva, pero que el tiempo le ha demostrado que anduvo en el sentido correcto. "No había hecho nunca gestión cultural, así que para mí el mayor premio es que he sido capaz de generar confianza. Dejé claro que no era una galería de arte. No he pagado a nadie. No les costaba nada a los que venían, pero tenían que tener confianza en mi porque ha habido artistas de talla y me la he jugado acogiendo a la obra de artistas como Miguel Ángel Gil con los medios con que contaba".

Con un gran esfuerzo en redes, ilusión, trabajo, buen criterio y su propia magia, ha demostrado que en su taller las latas se convertían en esculturas y las piedras en un sinfín de objetos como el propio taller mudaba en sala de conciertos, de exposiciones o de presentaciones literarias, resultando siempre tan adecuado como acogedor. "Mi responsabilidad era ayudar a los artistas a hacer llegar al público su mensaje. Cuando ellos llegaban, todo el trabajo previo tenía que quedar invisibilizado y el taller tenía que ser un lugar para comunicar cosas, no meramente para consumir espectáculos. Si los parámetros hubieran sido económicos, mi actividad habría sido otra", asegura satisfecha con lo realizado. Sin ir más lejos, la última actividad fue un vermú flamenco celebrado en mayo, que atrajo a 160 personas.

Su trabajo profesional como artesana gana repercusión día a día y Feli Benítez se ve obligada a viajar cada vez más. "Echaré de menos también a los niños para quienes el Taller de Feli ha sido un espacio amigo, donde se creó un clima de confianza my bonito y en el que fueron partícipes de mi trabajo. Traté de enseñarles que lo importante no es el producto sino el proceso", explica con cariño y nostalgia recordando esos talleres y esos pequeños que se colaban en su taller desde el anexo parque de la Constitución.

Su trabajo entronca muy bien con las nuevas corrientes artesanales. "El "hand made" rescata el espíritu de lo artesano, pero la artesanía tradicional relacionada con usos y maneras de vivir desaparecidos no tiene relevo generacional, quien está ahora en la artesanía es más creativo, menos utilitario". Feli trabaja el adorno personal, la pintura, la bisutería creativa y los objetos de uso cotidiano. "Es lo que más llama la atención, los joyeros con latas de conserva por ejemplo, esa manera de trabajar los materiales, de reciclar, llama la atención dentro y fuera de aquí". Su último compromiso comercial, la tuvo en Zaragoza durante diez días, junto con otros 180 artesanos de toda España y las próximas citas la alejan aún más de un Graus donde, sin duda, el Taller de Feli ha dejado un incuestionable y rico poso creativo.