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María Teresa Muñoz Guillén: "Artesana y artista tienen el mismo significado"

La sariñenense es la primera creadora textil que ha expuesto en el Vaticano

María Teresa Muñoz Guillén: "Artesana y artista tienen el mismo significado"
María Teresa Muñoz Guillén: "Artesana y artista tienen el mismo significado"
S.E.

CREAR OBRAS de arte es ser capaz de expresar y hacer visible la necesidad de la persona de ir más allá de lo que se ve, manifestando la búsqueda del infinito y de la belleza, porque, ciertamente, una creación abre los ojos de la mente, del alma y del corazón.

María Teresa Muñoz Guillén es una de estas personas capaces de expresar y hacer visible el sentido profundo de un arte distinto, único, comunicándolo a través del lenguaje del Arte textil.

La sariñenense posee un interesante currículum, al ser la primera mujer artista textil que ha expuesto en el Vaticano. "Una gran batalla la que me ha tocado librar porque las mujeres no estamos en igualdad de condiciones, es un hándicap que cuesta mucho esfuerzo", subraya la autora, que tiene exposiciones en ministerios, embajadas o consulados y en todo tipo de instituciones nacionales e internacionales.

Su arte textil clásico y contemporáneo conforma una plataforma de creación que busca promover un estilo de vida que invita a pararse, a tomarse el tiempo necesario para poder aprender, apreciar y disfrutar de todos los detalles. "Se aúna la tradición artística y el rigor científico, garantizando la realización de todas las fases originales de la técnica medieval. El conjunto de mis tapices garantiza la fidelidad técnica y los principios de la moderna restauración", señala la artista, expresando cómo, "con la plataforma plástica para el desarrollo creativo, he podido crear trabajos de índole heráldica, recreaciones de obras de artistas consagrados, así como creaciones propias".

Todo es fruto de una investigación exhaustiva. "A lo largo de muchos años, he tenido que indagar en archivos y documentos históricos, y he tenido que diseñar, siendo necesario con esto el dibujo y la investigación en coloratura y materiales textiles para hacer congruentes las restauraciones de obras antiguas que han pasado por mi taller".

La sariñenense proviene de una familia conectada con el arte. "Mi familia paterna estuvo vinculada con la especialidad textil y muchas de las manifestaciones concomitantes o relacionadas, afines, que aunaba cuando todavía no existía una especialización radical textil. Sumado a esto fue mi tendencia a estudiar arte y, sobre todo, artes decorativas en sus manifestaciones finiseculares del XIX y, en gran medida, del comienzo del XX".

Así, Muñoz tiene el don de hacer una magia muy real, logrando transformar fibras naturales en objetos ceremoniales y extraordinarios, superando el límite de la artesanía. "Una persona no es artista per se, la plástica te da cauce para extrovertir tu sensibilidad y tus ideas, entonces es cuando surge una inquietud que te hace vincularte con determinada forma de manifestación artística. Artesana o artista para mí tiene el mismo significado", manifiesta modestamente. Sin embargo, hay que reconocer que tener exposiciones por todo el mundo lleva su mérito.

"Las exposiciones son absolutamente necesarias, si bien en mi caso son también excepcionalmente difíciles por el gran compromiso de trabajo adquirido y dado el volumen de las obras y la dificultad que entraña su transporte y ubicación, existiendo menos salas adaptadas a formatos monumentales", dice. Se siente orgullosa de la realizada en el Palacio de la Cancillería Vaticana en Roma con obras de estilo clásico, contemporáneo y sacro, así como de las "exposiciones cívicas", una modalidad mucho más integradora con el espacio ciudadano y arquitectónico de las ciudades, "consistiendo en la muestra de obras en edificios emblemáticos de ciudades, integrando así arte textil y manifestación arquitectónica", subraya.

Debido a sus necesidades operativas, Muñoz y su actividad han tenido que adaptarse a las circunstancias, "desarrollándola entre Sariñena, Madrid y varios lugares más; si bien es verdad que aunando la necesidad de exposiciones y su visibilidad he debido estar en Roma y, ahora, en los Estados Unidos, donde mi estancia va a ser mucho más constante y prolongada, radicando en Nueva York, Florida y Los Ángeles". Así pues, como la artista explica, para contemplar sus tapices es necesario viajar, "se debería emprender un viaje por más de veinte países. No obstante, sin salir de Aragón se pueden ver obras en Teruel, Huesca y Zaragoza".

Sobre su exposición en el Palacio Vaticano, asegura que "fui recibida en audiencia por el papa, en el encuentro me preguntó por el lugar donde nací y sus peculiaridades, su gente, tradiciones, por mi familia y acarició a mi perrita, se interesó por las características de las obras, le comenté mi voluntad, desvelo, esfuerzo y fervor por recibir, captar su gran carisma, capaz de fascinar y seducir al mundo". Un encuentro inolvidable que "originó una atmósfera fraternal en una estancia de especial luminosidad estética" y que define como "tan emotivo, significativo y personal para plasmarlo , reflejarlo en una obra textil, mi ilusionante y especial proyecto futuro".

"El Santo Padre me respondió que, si en mi ánimo anhelaba conseguirlo, estaba seguro de que lo lograría. Intercambiamos obsequios y le llevé muestras de mi arte, en este caso arte sacro, siendo especialmente gratificante lo adecuadamente bien informado que estaba el Santo Padre Francisco sobre mi obra y trayectoria", y sin duda alguna así será porque esta artista, creadora de belleza llena de emociones, al finalizar cada una de sus obras, siente "una inmensa felicidad, a la vez que mucho bienestar, porque cuando creas con el corazón y con el espíritu el resultado siempre es una bella obra".