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Uno de peluche, otro de verdad

Uno de peluche, otro de verdad
Uno de peluche, otro de verdad
F.J.P.

Desde hace tres años, las fiestas de San Blas de Fonz presentan un cambio en la tradición de escalar un madero para coger un ave de corral atada en la punta. Ahora, el gallo es un muñeco de peluche al que llaman "Blasito". La complicación de la empresa se mantiene y los trepadores se esfuerzan lo mismo, y si tocan a "Blasito" el premio no se resiente: se llevan para casa el botín del gallo. El foncense Ángel Raso, a la derecha en la foto, ha ganado en ocho ocasiones. A la chiquillería le gusta tanto saludar al campeón como al animal.