Sociedad

ANIVERSARIO

Damián Iguacen cumple 103 años "muy agradecido"

El obispo emérito de Tenerife celebró ayer su aniversario muy bien acompañado y bajo su lema: "Servir a Dios donde sea y como sea"

Damián Iguacen cumple 103 años "muy agradecido"
Damián Iguacen cumple 103 años "muy agradecido"
S.E.

HUESCA.- Damián Iguacen, obispo emérito de Tenerife, celebró este martes su 103 cumpleaños "muy agradecido por la bondad de Dios". El Hogar Padre Saturnino López Novoa, donde actualmente reside, abrió este aniversario centenario con una eucaristía, en la que él mismo participó desde el altar luciendo la ornamentación de obispo.

Estuvo acompañado por el obispo de Huesca, Julián Ruiz Martorell, Nicolás López, vicario general de la Diócesis de Huesca, y de doce sacerdotes más en una concurrida ceremonia en la que la capilla se quedó pequeña y rebosante de cariño hacia el centenario.

Lúcido y muy agradecido, Damián Iguacen afirmó que su longevidad "es cosa del Señor, no es ningún mérito propio", y recordó que su lema en tan extensa vida ha sido: "Vivir normalmente, sin ninguna cosa excepcional. Servir a Dios donde sea y como sea, pero todo para la gloria de Dios".

Así, el prelado de más edad de España y uno de los más longevos de la Iglesia católica vivió con intensidad una jornada en la que hizo gala de su "chispa y su sentido del humor", según detalló la Madre superiora de la congregación de las Hermanitas de los Hermanos Desamparados, que regenta esta residencia.

Nacido en la localidad zaragozana de Fuencalderas el 12 de febrero de 1916, se formó como sacerdote en Huesca y entre 1941 y 1944 desempeñó la función de párroco en diversas parroquias de la diócesis. Entre 1970 y 1974 fue obispo de Barbastro y después de Teruel, hasta que en 1984 se le trasladó a Tenerife para ejercer el mismo cargo y en 1991 pasó a ser obispo emérito. Impartió ejercicios espirituales en España, Cuba, Argentina, Brasil, Italia y Francia.

De su gran carrera religiosa afirmó conservar grandes tesoros, resaltando en especial el día en el que se convirtió en sacerdote. "Guardo muchos recuerdos, ahora mismo no especificaría ninguno, pero mi sacerdocio y ordenación sacerdotal fue un momento extraordinario", recordó.

Una sólida fe y una vida plena fueron el sostén que le ayudaron a seguir adelante a lo largo de tantos y tantos años.

"Me encuentro bien, gracias a Dios. Estoy muy agradecido al Señor por todo lo que me ha dado, desde mis abuelos, a mis padres", manifestó.

Quienes le conocen aseguran que sus propósitos de amor y bien no se han quedado en palabras. Desde su retiro, sigue recomendando a los cristianos "vivir el Padrenuestro. Ver a Dios en todo y adorarle. Dios quiere que nos queramos, así que hay que amar al prójimo por encima de todo".

Para ello, aseguró que deben cambiar muchos aspectos. "Hay que corregirse mucho. Ahí no hacemos caso a nuestro Señor. Los no cristianos nos tienen que distinguir en que nos amamos, y no sé si lo cumplimos". Y en el día de su cumpleaños, el prelado quiso lanzar a los cristianos "el mensaje de la fidelidad al señor".

Tras la eucaristía, la fiesta continuó en la sala de terapia de la residencia, donde se interpretaron cantos y se le entregó a Damián Iguacen algún regalo, mientras se servía la tarta.

"Tengo que cumplir los años que Dios quiera", afirmó el prelado, que no descartó seguir sumando cifras haciendo gala de su buen humor.