Sociedad

VII MARCHA ASPACE HUESCA

Garbanzos y bocadillos para reponer fuerzas, tras una Marcha Aspace exquisita

Los andarines repusieron fuerzas en los puntos de avituallamiento y en la comida

Garbanzos y bocadillos para reponer fuerzas, tras una Marcha Aspace exquisita
Garbanzos y bocadillos para reponer fuerzas, tras una Marcha Aspace exquisita
P.S.

HUESCA.- Paso a paso, kilómetro a kilómetro, los 8.200 oscenses que participaron este domingo en la VII Marcha Aspace Huesca pudieron reponer fuerzas a lo largo de los 18 kilómetros del trayecto gracias al esfuerzo de un buen puñado de voluntarios que se pusieron el delantal y encendieron los fogones. Entre los más madrugadores estaban los miembros de la Asociación de Cocineros San Lorenzo, que prepararon la comida que se sirvió en el Palacio de Congresos tras la andada, y aquellos que atendieron los avituallamientos de Banariés y la Escuela Politécnica Superior.

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La carpa donde los chefs voluntarios preparaban los 400 kilos de garbanzos que incluía el menú estaba a pleno rendimiento a las 8 de la mañana. Además de cocineros como José Fernández, Pedro Goyoaga, Antonio Arazo y otros profesionales, había ante los pucheros voluntarios de la Escuela de Hostelería y miembros de la Peña Lo Magré de Albelda, que aportaron dos paelleras grandes de 115 y 65 kilos de capacidad. "Unimos bastantes experiencias distintas para que salga todo bien", dijo Goyoaga, quien explicó que iban a dar de comer sabrosos garbanzos "a unas 4.000 personas, algo menos de la mitad de los inscritos, 8.200, que son un montón".

Espumadera en mano, estos cocineros habían comenzado la jornada a las 8 de la mañana y a las 9:40 ya tenían todas las ollas en marcha, "hay un par de marmitas que ya podíamos darlas por concluidas, prácticamente".

Mientras los calderos burbujeaban, se sirvió a primera hora un desayuno compuesto por más de 300 litros de leche, chocolate, unos 2.000 cafés y repostería cedida por pastelerías y panaderías de Huesca. Tras este impulso matutino de fuerza y calorías, los marchosos comenzaron el trayecto y volvieron a hacer una parada en los puntos de avituallamiento de Banariés y la Escuela Politécnica Superior.

Miguel Luzán, responsable del punto de Banariés, detalló que unas 60 voluntarias prepararon para la ocasión cerca de 8.000 bocadillos sin gluten, vegetarianos, de jamón, chorizo o queso que repartieron con una sonrisa. A ellas se sumó un equipo de montaje compuesto por 12 personas que se esforzaron para que todo saliese perfecto.

Y, tras miles de pasos, unos 4.000 andarines degustaron las raciones preparadas con 400 kilos de garbanzos de Lierta, 300 kilos de verdura y carne y 600 litros de caldo.

Anselmo Lalueza, responsable del servicio de comidas y de los avituallamientos, explicó que hubo variaciones para vegetarianos, celiacos y musulmanes y se mostró entusiasmado por la gran respuesta que registró esta marcha de récord que dejó un exquisito sabor de boca.