Sociedad

OJO AVIZOR

Carlos Barrabés: "Mañana es un futuro inclusivo en el que tú también estás"

El empresario ha dirigido el gran evento en Madrid que ha puesto el foco en el planeta y en el dinamismo desde la mentalidad y la cultura de cada comunidad con la tecnología como herramienta

Carlos Barrabés: "Mañana es un futuro inclusivo en el que tú también estás"
Carlos Barrabés: "Mañana es un futuro inclusivo en el que tú también estás"
S.E.

Carlos Barrabés ha concebido con su empresa, con la Institución Ferial de Madrid y con la Empresa Nacional de Innovación (Enisa), Mañana, una gran iniciativa que durante el pasado fin de semana congregó a actores sociales con los que hallar soluciones a problemas complejos a los que se enfrenta la humanidad, y que en esta primera edición se enfocó en tres retos: bienestar, crecimiento sostenible y habitabilidad.

Profesores universitarios, científicos, filósofos, tecnólogos y expertos de profesiones transversales analizaron, ante más de cinco mil personas registradas, la realidad presente y los grandes retos del futuro, con una ligazón ineludible: el centro está en la comunidad como un conjunto de personas y la tecnología ha de ser herramienta con la que contribuir a mejorar la vida. Un evento desmitificador de los grandes miedos que nos anuncian grupos con intereses económicos y colectivos empecinados en dibujar un escenario robótico.

Curiosamente, señor Barrabés, Mañana no es un acontecimiento tecnológico emprendido por una empresa que ha nacido y crecido entre las tecnologías.

- Evidentemente, la tecnología está integrada en el debate, pero no es de lo que se habla, sino más bien de los efectos de cómo es el mundo hoy, que tiene tecnología. Intentamos no poner delante la tecnología, sino poner delante a las personas. No a la persona, sino a las personas, a la comunidad, y esto viene porque en el mundo hay un miedo al futuro importante, que se está convirtiendo en muchos lugares en un parón. Muchas veces uno no sabe qué hacer con su hija, si empujarle a estudiar o no, porque mucha gente dice que da igual lo que haga. Y no es verdad. En realidad, este miedo al futuro ocurre en épocas de transición y básicamente los lugares que abrazan la modernidad son los que tienen muchas más posibilidades. Mañana es un futuro inclusivo en el que tú también estás. Nadie piensa que mañana no está.

¿En qué medida se diferencia de otros foros internacionales donde se debate sobre el futuro?

- Se trata de tener contacto con mucha gente para no buscar tranquilidad, sino tus opciones y tu camino. Y Mañana es una herramienta para las personas. Lo que busca es que tengas la información y el acceso a lugares que puedan hacer que tu futuro sea mejor. Y, en esta línea, también busca desmitificar cosas, por ejemplo el hecho de que no va a haber empleo, de que no tienes futuro de ninguna manera, de que todo va a ser terrible, de que no te vas a morir nunca… Estas cosas que a la gente le aterran. Y esto lo busca desde las personas de nuestra comunidad. No hemos buscado a los de Silicon Valley para contestar esto. Aquí responde el CSIC, las universidades, personas que son actores relevantes, pero tratamos de responder desde nuestra cultura para poder construir sobre nuestra cultura. En un mundo global, construir tu propio discurso es la base de no tener miedo. El gran problema que tenemos es que nuestro discurso nos lo construyen los algoritmos y cada vez nos sentimos más alejados. Es cierto que no puedes dejar de estar en lo que ocurre en el mundo global, pero tienes que construir el mundo global desde tu cultura. No puedes tomar la cultura como servicio, que lo hacemos mucho. Lo que hacemos ahora mismo, y es muy habitual y normal, es vivir de lo que nos cuentan. Los algoritmos en España no están construidos en español. Casi todos los que usamos, Booking, Amazon, no son españoles. Y preguntas qué más da, pues da mucho porque el idioma no es solo el interface, es como un iceberg donde va tu cultura, tu manera de ver las cosas, de entender si algo es justo o no.

¿Cómo se traduce este planteamiento?

- Siempre digo que los españoles sabemos hacer dos cosas muy bien. En nuestra cultura está cuidar y servir, que son dos valores increíbles que muchísimas culturas no tienen. Nosotros somos un país de enfermeras y camareros, por decirlo a lo bestia. Y esa es una diferencia enorme, porque tú debes construir sobre tu diferencia. Nosotros cuidamos absolutamente, nuestra sociedad invierte mucho en sanidad y en educación, y en muchísimos lugares no es así. Y servir es algo que sabemos hacer y no lo entendemos como algo malo, el ser camarero o el ayudar a otros. Y estos son dos valores inmensos para construir en el mundo digital nuestro propio discurso. Pero hay muchos más. Muchas veces tendemos a repetir el patrón de crecimiento de otros lugares y es muy importante entenderlo pero también tener su propio discurso, y ahí desaparece el miedo o al menos tienes herramientas para atenuarlo. Y por eso nos juntamos con Ifema y Enisa y hemos intentado crear una plataforma de influencia en la que tú puedas ser influido, pero no por un interés económico, sino por tu cultura, por los agentes de tu cultura. Por eso este ha sido un evento de contenidos, con 200 personas que han hablado. Es un lugar donde no puedes escuchar todo lo que se dice, y esto es muy importante, porque tienes que elegir y construir tu camino. En la tele tradicional, tú te sentabas y te daban contenido. Hoy en día, tú vas a Netflix o Youtube y tienes que elegir, porque podrías ver todo y todo el tiempo.

Las teorías de la singularidad y similares son inquietantes.

- Pensar en el mundo como una distopía creo que básicamente responde a intereses económicos. Esta distopía de que no te vas a morir nunca, de que dentro de poco vamos a ser robots… El reto de la generación anterior fue abrazar la modernidad para hacer un mundo más digital, porque generalmente lo digital debe ser bueno. Pero el reto de esta generación es hacer un mundo humano, porque este mundo tan digital ha triunfado de tal manera que, evidentemente, ha generado desequilibrios. Y ahora lo que tenemos que hacer es pasar a poner a la persona en el centro, que en realidad no la hemos puesto sino al usuario. Este es el error. Y sobre todo poner a la comunidad, a la especie y al planeta en el centro, donde los individuos son una pieza más. Y este es el gran paso de los próximos veinte años. Cómo todo esto se organiza para que el mundo sea mejor. Este es el gran movimiento que está comenzando el mundo. Una manera de hacerlo simple es poner las primeras métricas del planta que existen, que son los ODS, que están debajo de Mañana. Pero hay muchas más y se trata de descubrirlas, y algo fundamental es que se haga sobre tu cultura, porque tienes derecho a estar. Me he dedicado buena parte de mi vida a la tecnología y creo que es una responsabilidad que tenemos los que hemos llevado a mucha gente a la tecnología: hacer que sea buena para ellos, no sólo buena para hacer un mundo digital. Estamos en el día de hacer que esto afecte de una manera positiva a la gente, y creo que es posible, sinceramente.

Bienestar, crecimiento sostenible y habitabilidad han sido los tres ejes de Mañana.

- Cada edición responde a tres retos. Y los tres más importantes este año son éstos. La cuestión no es si se puede o no tratar digitalmente con las personas mayores, que se puede ya, sino cómo vamos a tratar a las personas mayores. Nos hemos encerrado en un mundo completamente digital de herramientas y quizás nos hemos olvidado mucho de las personas, de los sentimientos y las maneras de vivir. Este es el paso. Esta edición han sido estas tres cosas, pero hay muchas más en el futuro. Tenemos que ponernos de acuerdo en cuáles son y tiene mucho de innovación abierta. Estamos en un mundo complejo, no hay cosas simples. Cuando haces algo simple, detrás hay mucho trabajo, es muy complejo. Por eso necesitas entrar y entender. Mañana es un lugar para entrar y que te ayude a entender, a tener oportunidades y, sobre todo, opciones. El mundo ahora es algo así como la escalera que es acceso, que es más un derecho humano tener acceso a las cosas. Imagínate que un país no tuviera acceso a Google, sería una locura, pero por otro lado necesitas tener oportunidades encima del acceso. El acceso es insuficiente. Necesitas oportunidades. Y, en tercer lugar, opciones, que no tengas una sola oportunidad, que realmente puedas elegir, y esto sería el máximo. La construcción de toda escalera se puede hacer con una visión en que las máquinas se llevan todo el margen comercial, el dinero, que es lo que está ocurriendo ahora. Las máquinas son software, son algoritmos, los robots son otra cosa. En Booking, te llevas el 17 % de todas las estancias del Pirineo, más un 10 % en publicidad, pero lo último que sabemos es que también quiere dinero sobre los consumos internos, los insumos de los turistas delante del hotel. Y esto lo hacen unos tipos que no pagan impuestos y no saben muy bien dónde están. Y tú te has quedado con el riesgo del hotel y trabajas para Booking, con lo cual no ganas suficiente dinero como para pagar unos sueldos decentes a las personas que trabajan ahí. Y esto replícalo por sectores, con taxis, con Amazon o quien quieras. Todos sabemos que no puede ser, pero es. Necesitamos hablar, discutir y crear nuestra propia cultura y decir cómo tienen que ser aquí las cosas, porque están en juego efectos muy importantes. ¿Un algoritmo hecho con cultura española sería tan corrosivo? Pues lo dudo mucho.

Curiosamente, viendo los socios y los patrocinadores, cabría pensar a priori que se iba a tratar de un evento económico y es profundamente humanista.

- Todo tiene un reflejo económico, pero no va por ahí. Los niveles de eficiencia y productividad que se han alcanzado en el mundo ya están ahí. La tecnología nos ha puesto en unos niveles absolutamente increíbles y en los próximos 15 años van a ser mucho más. No hay duda de que la automatización va a ser mucho más fuerte. El problema es cómo afecta a las comunidades y personas, y eso tiene reflejo económico porque la gente necesita una forma de vida, pero al final lo importante es cómo actúas frente a lo que ocurre. Eso tiene un efecto económico, pero hoy en día el movimiento tecnológico ha creado una desigualdad porque ha impulsado la globalización: un 1 % del planeta tiene un tanto por ciento enorme de la riqueza. Pero también la tecnología es la solución a la sostenibilidad. Y probablemente ahí hay un camino de solución de la desigualdad. Los humanos tenemos la plataforma económica, pero Mañana es un evento que articula el ecosistema, que hace que hable conjuntamente. Y evidentemente, en esas conversaciones, se construyen discursos, maneras de enfrentarse y posicionamiento.

¿Busca Mañana y las posibles ramificaciones de Mañana un empoderamiento de las comunidades y los territorios?

- Al final, hay momentos críticos en los lugares en que tienen que empoderarse las personas y las comunidades, y necesitan tocarse, conocerse y hablar. Y en esos momentos críticos una plataforma tipo Mañana puede ayudar. No sólo, pero también. Creo que muchas veces lo importante en las comunidades es el dinamismo. Es la base. Y, para que exista tiene que haber tiene que haber una mentalidad, un pensamiento que hace que la gente se empodere, crea que puede hacerlo Y, evidentemente, luego necesitas herramientas para hacerlo. Pero el dinamismo tiene que ver muchísimo con la mentalidad. Y a veces hay que reiniciar lugares. Así que Mañana puede ser una buena herramienta para reiniciar lugares.