HUESCA.- En 2002, con más entusiasmo que medios, el Grupo Andante impulsó el primer "Estoesloquehay", en Riglos. Con apoyo de la DPH y de los ayuntamientos por los que ha ido pasando en sus 17 ediciones, "Estoesloquehay" ha demostrado que "la cultura es una poderosa herramienta contra la despoblación", dice su director, el promotor cultural oscense Pablo Pérez Terré. Desde este viernes y hasta el domingo, la muestra artística se celebra en Belver de Cinca bajo el tema "¡Sabor!".

"Estoesloquehay" es "un evento itinerante, multidisciplinar y temático", "una cita para los amantes del arte y del medio rural en la que se integra la intervención de los artistas participantes en el medio, haciéndolos coexistir con la realidad de la población", define Pérez Terré.

La muestra se desplaza cada año a una población distinta de la provincia de Huesca, y "se establece una temática relacionada con las peculiaridades de la localidad a partir de la cual se concibe toda la programación, que incluye exposiciones, actuaciones musicales, artes escénicas, proyecciones...", indica.

Este año, explica Pérez Terré, "por un lado se pone en valor en clave cultural el principal producto de la localidad, el melocotón; por otro, se recupera un espacio patrimonial casi desconocido hasta el momento, las antiguas mazmorras templarias, reconvertidas para la ocasión en espacio de exposición".

En esta edición, la implicación del festival con la localidad queda patente para su director en propuestas como la de Chico-Trópico, que desplazará este sábado hasta Belver su caravana-estudio de grabación para captar los sonidos del pueblo, para después "procesar el patrimonio inmaterial" en una sesión musical experimental.

Sobre el papel de "Estoesloquehay" ante la despoblación, opina que "no es tanto llevar la cultura a los pueblos, como concienciar a sus habitantes de la importancia de ser activos en la creación y difusión de su propia cultura". Así, "fomentar esta autoestima, valorar la propia cultura, es una herramienta tan poderosa contra la despoblación como los servicios o las infraestructuras. No cuidar la cultura solo lleva a un sutil colonialismo o a la desaparición, en el peor de los casos".

Este festival, "ha contribuido a fomentar el reparto de la cultura por poblaciones que de otro modo tendrían complicado acoger un evento de estas características", añade.