Sociedad

LA ENTREVISTA

Gemma Carbó: "Las artes son el punto de encuentro en el que la diferencia es positiva"

La directora del Museo de la Vida Rural participa en una conferencia incluida en el proceso de reflexión sobre la cultura en Huesca

Gemma Carbó: "Las artes son el punto de encuentro en el que la diferencia es positiva"
Gemma Carbó: "Las artes son el punto de encuentro en el que la diferencia es positiva"
R.G.

HUESCA.- Gemma Carbó, directora del Museo de la Vida Rural (Espluga de Francolí) protagonizó la segunda conferencia incluida en el proceso de reflexión sobre el estado de la cultura en Huesca iniciado por el Ayuntamiento a finales de enero.

Especialista en Derecho de la Cultura y gestora cultural, reconoce la complejidad del tema a tratar, la necesidad del binomio entre cultura y educación para una política local sostenible e inclusiva; la infinitud de los mundos educativo y cultural. "Son dos conceptos paraguas", define, y como en su avance en paralelo, "están cada vez más distanciados". Para Carbó, la educación, que no es otra cosa que la "transferencia de un legado cultural", no está logrando trasmitir "lo que está pasando realmente en el ámbito de cultura fuera de la escuela". Una "situación de divorcio cada vez más esquizofrénico", califica, cuyos efectos se está intentando revertir.

Para el siglo XXI, reclama una educación que no sólo trabaje el vínculo con el arte "a través del concepto espectador; debe abordarse también desde el concepto proactivo y usuario comprometido. Las artes nos enseñan competencias y capacidades para convivir en sociedad, pero esto no solo se consigue viendo arte, sino haciendo arte. Las artes son la manera de encontrar un punto de encuentro que no nos diferencia o que la diferencia es positiva".

Vuelve la mirada a la juventud cuando piensa en el miedo a vivir, objetivo a batir por la cultura y la educación, "que hoy tiene mucho que ver con un miedo a no tener futuro, a que este planeta desaparezca en la forma en que está ahora, a que los conflictos sociales sean tan graves que no haya espacio de participación". Las políticas locales, según Carbó, están para darles a esas y esos jóvenes instrumentos educativos y culturales que les ayuden a superar estos miedos". Unos instrumentos que deberán ser sostenibles e inclusivos, "porque la inclusión es una cuestión de sostenibilidad".

Los espacios culturales, para desarrollar políticas fruto de este binomio, no sólo son las escuelas -fundamentales "porque son el gran elemento de socialización, así te aseguras que llegas a todo el mundo", explica-, también lo son las bibliotecas, "que están trabajando muy bien; los museos, cada vez más, y los teatros y auditorios, que están empezando a entender que parte de su función es la educativa, y luego los espacios públicos". Carbó insta a encontrar una "relación entre la política local y el mundo educativo distinta a la que tenemos ahora", sustentándose en la limitada responsabilidad que los ayuntamientos tienen en educación. "Necesitamos más flexibilidad, más adaptación al contexto, educación vinculada al lugar"; también a fijarse en "la formación de formadores", para pensar más allá del currículo y el informe PISA, y a que el mundo artístico y cultural aprenda "que la educación es una responsabilidad de todos y una función propia de la creación cultural".