Sociedad

LA ENTREVISTA

Margó Venegas: "Hay que insistir en identificar las violencias contra las mujeres"

La coautora de "La guerra más larga de la historia" cerró el ciclo de conferencias "Mujeres y Memoria(s)" en el Museo Pedagógico

Margó Venegas: "Hay que insistir en identificar las violencias contra las mujeres"
Margó Venegas: "Hay que insistir en identificar las violencias contra las mujeres"
P.S.

HUESCA.- "Es necesario insistir en la identificación de las violencias contra las mujeres". Porque la violencia física es evidente, pero existen otras que "más sutiles o que están más enmascaradas", como son las violencias culturales y las estructurales, mal llamadas "tradiciones, pero que esconden misoginia y terror contra las mujeres".

La que insiste en insistir es Margó Venegas, licenciada en Derecho y dedicada a la creación artística, que además es coautora junto a Lola Venegas y Isabel M. Reverte de La guerra más larga de la historia. 4.000 años de violencia contra las mujeres, en cuyo argumento se basó la conferencia dialogada Luchas resistencias y retos en el siglo XXI que cerró ayer -a falta de las lecturas dramatizadas que sucederán este jueves, a las 18 horas, en el Museo Pedagógico- el ciclo Mujeres y Memoria(s), organizado por el grupo Huesca Historia.

Una última conferencia que puso el acento en esas "violencias que se ejercen a las mujeres a lo largo de la historia, en el mundo y que están sucediendo hoy", que van más allá de "la niega de la brecha salarial" o "el cuestionamiento de la necesidad del feminismo", alcanzando a esas otras violencias "que tienen lugar en otros espacios geográficos donde no gozan de regímenes democráticos (en los que) parece que los derechos de las mujeres están más asegurados", explicó Venegas.

El relato de estas luchas estuvo articulado necesariamente a través de los nombres propios de mujeres "que han trabajado por el colectivo mujeres con voluntad común", como Lidia Falcón, Kate Millet, Mary Wollstonecraft o Alice Guy, "mujeres que desde su posición y rompiendo barreras sociales y personales, crearon modelos de mujeres", recuerda la autora, sin olvidar a las que desde "la estricta supervivencia", como Waris Dirie, Malala Yousafzai o Ana Bella, han conseguido visibilizar con carga personal todas esas violencias que se siguen ejerciendo.

Un relato que se ha convertido en colectivo especialmente en los últimos tiempos, con movimientos como El Sari Rosa, en India; Los miércoles blancos, en Irán; Ni putas ni sumisas, en Francia, o La ruta pacífica de las mujeres, en Colombia, hasta llegar al Me Too y a Un violador en tu camino. Movimientos, estos dos últimos especialmente, que han logrado "construir un relato colectivo que visibiliza que la violencia machista es estructural, por eso hay que luchar con ese punto de vista, no como contra cualquier tipo de violencia ejercida por un hombre".

La lucha afronta retos: "cómo reducir los números de violencia sexual o la violencia estructural", incluyendo "las violencias legalizadas como son la prostitución y los vientres de alquiler" y resolverlos con "perspectiva de género y sin olvidar de ninguna manera la perspectiva de los derechos humanos y la justicia. Porque si se eliminan estos dos conceptos de la ecuación te quedas solo con el mercado neoliberal, el liberalismo y capitalismo más exacerbado donde se vuelve a crucificar el cuerpo de las mujeres".