José Luis Murillo: "Tenemos un modelo escolar que repetimos desde el siglo XVIII"

HUESCA.- "Lo primero que hay que hacer es entrar al aula y pararse a mirar, a sentir y observar lo que está pasando, qué quieren las niñas y los niños; para mí lo cotidiano empieza en ellas y ellos", responde José Luis Murillo, maestro de Primaria jubilado en el CEIP de Sahún tras 27 años de docencia, cuando se le pregunta por cómo transformar la escuela desde la práctica cotidiana, enunciado que responde al título de la nueva edición de la novena edición del curso Filosofía para docentes, Desacralizando el libro de texto. Otra educación es posible, que empieza este martes, organizado por el sindicato CGT.

Lejos de enfocarse en criminalizar los libros de texto -"yo he conocido maestros que trabajan con libros de texto pero de otra manera"-, Murillo se enfoca en poner de relieve el desfase del modelo educativo actual: "No es tanto hablar sobre el libro de texto sino sobre qué ocurre con el libro de texto en un modelo escolar que llevamos repitiendo desde el siglo XVIII". Así, propone enfocarse en las personas que forman parte del aula, niños y niñas, "en lo que dicen, lo que hacen, qué sienten ellos y ellas. A partir de ahí es simplemente ir avanzando", atendiendo también a la comunidad educativa, madres y padres, "abrirte a la comunidad" y encontrarte con personas maravillosas que pueden aportar cantidad de cosas a la escuela" y viceversa .

Este maestro apela a "cambiar las prioridades": "Lo mas importante de los procesos educativos es la interacción entre las personas. Si respetamos esa cotidianidad salen cosas para hacer en el aula que sin que nos lo propongamos cumplen el currículo", explica aludiendo a esos "fantasmas mentales", supuestas prioridades "que nos han metido en la cabeza, sobre lo que hay que hacer porque la ley dice que hay que hacerlo", como la obligatoriedad de exámenes, poner notas, llevar libros de texto, que leídas las leyes, no son verdad: "No lo dice la ley, es algo que hemos heredado y que repetimos porque en nuestra cabeza nos da miedo cambiar eso".

Un conjunto de realidades "heredadas", "de procesos de escolarización construidos (...) de los que nos cuesta olvidarnos" frente a "otro modelo educativo, con otra organización de horarios, en otra organización de agrupamientos de niñas y niños, en otra organización de metodologías activas en lugar de las metodologías pasivas". ¿El papel de los docentes? "Lo que nos toca a nosotros (los docentes) es dar una forma técnica a eso".

Su práctica, la de Murillo, viene de la escuela rural, en la que "estás obligado a salirte de metodologías tradicionales que no sirven para nada". En pago, se obtiene "libertad total para trabajar con los niños y niñas, siendo la prioridad". Una práctica que no considera solo posible en ámbitos rurales, pero sí previo paso por un proceso de "desescolarización de nuestra mente, de limpiarnos de cómo ha sido nuestra escuela".