Sociedad

GENTE DE AQUÍ

Eva Álvarez: "No sé decir que no y especialmente con la gente mayor me deshago"

Directora veintidós años en la MAZ en Huesca y expresidenta del Rotary Club, afronta un nuevo proyecto con su idea de que ayudar a los demás contribuye a la felicidad

Eva Álvarez: "No sé decir que no y especialmente con la gente mayor me deshago"
Eva Álvarez: "No sé decir que no y especialmente con la gente mayor me deshago"
S.E.

HUESCA.- Eva Álvarez representa un paradigma de la entrega a los demás en su doble vertiente profesional y vocacional. Su impronta le viene de nacimiento, en el Hospital MAZ originario en Zaragoza, en la zona noble, como corresponde a la condición de cofundador de un antepasado directo.

La pequeña Eva inició su periplo escolar en el Colegio Alto Aragón de Huesca. A los 6 años recibió en el Olimpia el Premio Literario de la Flor Natural. Su padre, que capitaneó la implantación de la MAZ en Huesca desde el minuto cero que compaginó con su labor de corredor de seguros, era profesor mercantil y su madre enfermera de formación. A Eva Álvarez, le fascinaba el arte y, de hecho, estudió museología. Pero el hermano llamado a suceder a su padre en la dirección de la mutua falleció en accidente de tráfico y ella asumió la responsabilidad. Cursó Relaciones Laborales y luego Ciencia del Trabajo, además del posgrado Universitario de Relaciones Laborales y Recursos Humanos que reconoció la OIT. Dirigió su rumbo a Reino Unido para estudiar Inteligencia Sanitaria, hoy tan de moda por la relación con la epidemiología o el bioterrorismo.

De su sueño de erigir una galería de arte, pasó en 1997 a integrarse como delegada en la MAZ en Huesca, donde organizó las primeras Jornadas Universitarias de Aragón de Prevención de Riesgos Laborales, recién estrenado el reglamento de la ley. Badiola o García Blasco fueron algunos de los ponentes de tan brillante evento.

Inmediatamente tomó el relevo de la Dirección Provincial que ha ejercido 22 años, con éxitos hasta aglutinar al 70 % de los trabajadores de la provincia, 45.000. Orgullosa, afirma que "ninguna empresa se ha dado de baja, y la clave es que siempre hemos tratado bien y con respeto". Tres directores generales (Valeriano Castillón, Esteban Gil y Luis Roldán) han jalonado su trayectoria bajo el lema del primero: "Más vale pedir perdón que pedir permiso".

Al mando de un equipo de 60 personas, recuerda como hitos el servicio de pistas en Benasque o la implantación en Hidro Nitro, aunque su extensión llegó a Barbastro, Monzón, Fraga, Binéfar, Sabiñánigo y Jaca.

Su proactividad en los riesgos laborales, sobre los que es Técnico Superior, se expandió a través de multitud de cursos impartidos y a la extensión de conceptos como la ergonomía, la psicosociología o la seguridad e higiene en el trabajo. "La cultura de la prevención ha mejorado muchísimo. Saben que no es, como se decía al principio, un impuesto revolucionario. Se ha madurado piano, piano. Han ganado terreno las ideas de ser saludable, correr saludable, las revisiones de prevención y la adaptación de los puestos de trabajo a tu vida, a tus relaciones". Eva Álvarez llegaba como profesora aventajada de su experiencia en Reino Unido.

La MAZ "sigue siendo parte de su vida", pero un accidente grave, la sección completa del nervio cubital en mano y muñeca izquierda (grave problema para una ambidextra), le aparta por decisión de la dirección nueva, con la que se sintió puenteada. Posteriormente extinguieron su relación contractual. La sentencia en el Juzgado de lo Social le ha dado la razón.

Dolida por esta ruptura, recuerda que su familia "ha mimado, cuidado y querido siempre desde su fundación en 1905 a la Mutua", y agradece la extraordinaria relación que ha tenido con una larguísima enumeración de empresas.

EL NUEVO HORIZONTE

Eva Álvarez, casada y con dos hijos, afronta con ilusión un nuevo reto pese a haber recibido ofertas profesionales en un momento en que aún permanece de baja. Se plantea una policlínica dinámica y móvil para llevar la asistencia sanitaria a toda la provincia, incluidos los más recónditos lugares.

El hilo de su vida queda definido por la filosofía de su padre: "Haz bien y no mires a quién". De ahí su integración hace un lustro en el Rotary Club, que fundaron en 1985 su progenitor, José María Álvarez, Miguel Ángel Santos Gastón y Fernando Albajar. "En la cuna ya era rotaria". Se abraza a su gran declaración, "hay que dar de sí sin pensar en sí", y bajo ella ha sido ya presidenta, con alegrías como la entrega de la Distinción Rotaria a Carlos Saura. Sin abandonar la lucha contra la polio, promueve trabajar en un asunto capital como es la donación de médula.

Dotada de sensibilidad para los afectos, no olvida otra faceta, la de fundadora de la Protectora de Animales de Huesca, a la que incorporó la figura del apadrinamiento que había conocido en Escocia.

En permanente ebullición (incluida una novela que escribe), Eva Álvarez desvela su gran impulso: "Cuando ayudas a alguien, te sientes más feliz, te ayudas a ti misma". Una virtud, que no un defecto: "No sé decir que no. Con la gente mayor especialmente, me deshago. Los abuelos me enternecen. Es la gran responsabilidad que tenemos con ellos".