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Bernabé Cuello Allué: “No me puedo imaginar mi vida sin la música, era lo que me gustaba”

Este oscense fue cantante de Los Gringos y las orquestas Osca y Estrellas Negras). Posteriormente abrió el Bernabis

Bernabé Cuello Allué: “No me puedo imaginar mi vida sin la música, era lo que me gustaba”
Bernabé Cuello Allué: “No me puedo imaginar mi vida sin la música, era lo que me gustaba”
P.S.

No me puedo imaginar mi vida sin la música. Era lo que me gustaba... Me ofrecieron ser director de un banco, pero les dije que no tenían bastante dinero para dejar los créditos que iba a dar yo". Este es Francisco Bernabé Cuello Allué (Huesca, 1945). Fue cantante de Los Gringos y las orquestas Osca y Estrellas Negras. Después, triunfó con el Pub Bernabís, y desde finales de 2001 está jubilado. "Me jubilé y me ofrecieron ir a corales y siempre he dicho no, que no quiero ninguna obligación, quiero estar muy tranquilo. Si me apetece cantar, canto en la ducha".

Con 8 años -explica- protagonizó su primer espectáculo. "Estudiaba en San Viator y Ramón Solinis me hizo aprender el cuento de Pulgarcito; lo recité en la plaza de toros y el resto del colegio hacían lo que el cuento decía". También en esos años cantaba villancicos con su amigo Ramón Flores, hasta que a los 11 años entró en la coral del colegio. "Dos cursos, y casi todos los días a cantar en misa a las 8 de la mañana, una matiné".

En el Instituto Ramón y Cajal dio sus primeros pasos en el teatro representando, en el Teatro Principal, "una obra de Miguel Mihura. Fue muy bien, aunque no podía ser de otra manera ya que éramos diez personajes y entre familiares y amigos, el teatro se llenó echando virutas".

Terminó el Instituto y "me puse a trabajar con mi padre, que tenía una agencia de transportes; después trabajé en Humsa, en la oficina de compras, y estando en esta empresa un amigo mío, Enrique Soroa, me dijo que Los Gringos buscaban un cantante. Estuvimos dos meses ensayando, ellos con guitarras eléctricas y yo con la mano, en vez de micro". Empezaron las actuaciones en 1965.

Después "me casé y en la boda estaban los de la Orquesta Osca". Habló con Sampériz y Usua y acabó su etapa en Los Gringos y comenzó la de la Osca, que "en un año hizo 280 actuaciones, según Calderón, que era un gran músico y apuntaba todo".

Unos cuatro años pasaron hasta que en una actuación en el Jardín de Verano, de Huesca, una orquesta de superior caché -Estrellas Negras- le propuso formar parte del grupo que años antes "se había iniciado en Binaced y del que formaban parte músicos de Barbastro, Alcampell, Zaidín, hasta cubrir las 11 plazas que tenía la orquesta. Al terminar la actuación, Usua y Sampériz se acercaron y me dijeron "no te lo pienses, harás más actuaciones y ganarás más dinero. Entonces, todos tenían una segunda actividad, menos yo, y después de cuatro años dejé la Osca, donde estuve muy bien, guardo un gran recuerdo de todos y nos llevamos muy bien".

Los mismos recuerdos guarda de su etapa en Estrellas Negras, en la que estuvo 18 años. El último concierto: "el 31 de diciembre del 89 en Alcover (Tarragona). Cada año hacíamos allí Carnaval, San Juan y Nochevieja".

Dos orquestas de las más contratadas esos años y que actuaron en muy diferentes lugares de España y en el sur de Francia. "Con la Osca -recuerda Bernabé- Usua, que era muy comercial, dijo: "si vamos a Francia somos orquesta internacional", y entonces puso Orquesta Internacional Osca. En Francia la verdad es que se pagaba muy bien en comparación con España, pero era más trabajo. Si en España hubieras cobrado 4.000 pesetas, de Francia te traías 10.000".

En aquellos años, al Jardín de Verano, para San Lorenzo, "venía lo mejor y actuábamos con ellos, y los que no venían a Huesca, los encontrábamos a partir del 15 de agosto en Ciudad Real. Mocedades, Julio Iglesias, Dúo Dinámico... todos los famosos, y luego se reengancharon a la música unos que estaban retirados, Antonio Machín y Jorge Sepùlveda, y con esos estuvimos tres o cuatro años actuando en Huesca. Solo faltaban las folclóricas de Andalucía, no sé si por precio o porque no encajaban con nuestras fiestas".

Cuello abrió el Pub Bernabís, en Menéndez Pidal, "con actuaciones de gente que yo conocía. El primero que actuó, el 31 de diciembre del 89, fue Ramón Flores". Luego, "un músico catalán me vendió el karaoke que había en el Princesa Sofía, de Barcelona, era el segundo que vendían en España y lo compré por 1 millón de pesetas en 1993. Fue un bombazo". En 2001 traspasó el negocio y al poco se jubiló.

¿Una canción para empezar un baile? "Bamboleo". ¿Y para terminar? "Lo de siempre, un pupurrí de temas vasconavarros y cerrar con el San Lorenzo", donde fuera. Recuerda que "para cantar las canciones de Tom Jones y Camilo Sexto tenía que estar muy bien de voz, que los agudos eran muy agudos", y sobre el actual panorama musical, afirma: " Entonces había una lista de cantantes buenos que podías contratar y había muchos franceses e italianos, porque no había tanto artista para tantos conciertos en España. Ahora, con OT, La Voz.., levantas un ladrillo y te salen cinco cantantes. Con los músicos buenos pasará como con los sastres, que antes habían cinco en Huesca y ahora no hay ninguno".