Luisa María Yzuel Sanz: “Ser la única mujer de siete hermanos me agudizó el ingenio”

Nacida en Zaragoza, residente en Huesca, si bien es y siempre será monegrina de Sariñena. Luisa María Yzuel Sanz es la esencia pura de su madre, la gran Marisa, y como ella es inteligente, activa, resolutiva y positiva, y desarrolla sus cualidades como trabajadora social de la Once y especialista en trabajo social para familias y comunitario. Además, posee también un master en Mindfulness.

Genio y figura ¿se identifica?

- Dicen que tengo mucho genio, como todas las mujeres del Hotel de Sariñena, mi bisabuela María Casañola, mi abuela María Luisa Anoro, mi madre Marisa Sanz. Nunca nos acobardan las situaciones difíciles.

La sonrisa es el lenguaje universal de las personas inteligentes. ¿Sonreímos poco?

- Soy muy partidaria de potenciar la sonrisa, me lo enseño una persona muy importante en mi crianza, Nati Villellas de Capdesaso , que trabajó en el Hotel y siempre sonreía aunque no tuviera ganas.

¿La inmigración es una bendición o una necesidad?

- La migración es un movimiento universal que nos afecta a todas las familias en momentos de búsqueda. Siempre intentando cambiar la realidad que nos toca vivir, les tocó a la generación de mis abuelos, a la juventud del desarrollismo, a las mujeres de Latinoamérica, a las familias de África Subsahariana, a las de los países del Este, a los titulados de España...

¿Por quién doblan las campanas? (un recuerdo en positivo)

- Mi pueblo, Sariñena, dando siempre repiqueteo, cuando en las mujeres celebran Santa Águeda, hay un entierro, salen mujeres valientes para cuidar a los mayores, hay celebraciones, etcétera.

¿Digital o analógica?

- Un poco de todo, nací en etapa analógica y me he tenido que poner las pilas para estar al 100 % en el mundo digital, con la ayuda de mi hijo e hijas.

¿Es usted PSI (Persona Sobradamente Informada)?

- Lo intento, pero bebo de fuentes que me aportan un sentido crítico de la información. Además de interesarme siempre por lo más próximo como el Diario del Altoaragón y Radio Huesca.

¿No se pregunta en realidad si tenemos menos vida en el planeta Tierra del que se desconoce en el exterior?

- En el presente que nos toca vivir que la vida está en el cuidado, valor que cada día va tomando más cotización entre las personas y las familias.

Egoísta, inteligente, preparado y crítico. ¿Es usted una millennial?

- Soy de la generación anterior de los millenial. Nací en dictadura, me educaron con el nacional catolicismo, descubrí la democracia en mi adolescencia y he luchado en la calle con muchos lemas para conquistar los derechos sociales que ahora tenemos. Espero que seamos capaces de trasmitir a esa generación que" juntos vamos a salir de esta".

Dime con quién te juntas y te diré quién eres. ¿Hace un casting para seleccionar sus amistades?

- Soy muy abierta y tiendo a crear buen ambiente en todas las relaciones sociales. Me ha ayudado haberme criado en un Hotel donde el salón de mi casa estaba siempre detrás de una barra y con los clientes compartíamos conversaciones de todo tipo sin distinciones, todo el mundo era bienvenido.

Ojo avizor. ¿Se precia de ver las intenciones a la distancia?

- La capacidad de observación y ser la única mujer de siete hermanos me agudizaron el ingenio para ver las intenciones a distancia.

¿El negocio es la negación del ocio o usted se divierte currando?

- Tiendo a trabajar en muchos frentes, siempre buscando el lado divertido. Mi abuela decía: "Entre el día y la noche no hay pared", siempre se pueden mejorar las cosas.

¿Qué es lo que le gusta exprimir hasta la saciedad?

- El tiempo con la gente. Ahora estoy con la gente por teléfono acompañando en estos momentos de aislamiento y compartiendo sus preocupaciones, aunque me falta el contacto, me cuesta colgar y decir adiós.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

- Acompañar a las personas y familias a adaptarse a los cambios que una discapacidad visual grave o ceguera les trae a sus vidas.

Un mensaje final...

- A todas las familias del Altoaragón que nos toca vivir este presente de cambio os animo a buscar en lo "pequeño" nuestra adaptación al día a día: Dar las gracias, lavaros con sonrisas, comer con gusto, acariciar con vuestra voz a alguien que echáis de menos, arreglaos delante del espejo, atender a vuestro cuerpo y mente. Dedicaros algún rato de silencio y sobre todo cuidaos mucho, porque Huesca nos cuida.