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La última parada de "El Ministerio del Tiempo"

La 1 de Televisión Española emitió este martes el que podría ser el final definitivo

La última parada de "El Ministerio del Tiempo"
La última parada de "El Ministerio del Tiempo"
RTVE

MADRID.- El Ministerio del Tiempo llegó este martes a la última parada de su periplo intertemporal. Un viaje por la historia de España que nos ha permitido transitar nuestro pasado, nuestro presente y un apocalíptico futuro, los cuales se dieron la mano en un último capítulo que forjó el destino de los patrulleros del tiempo.

Se habla de final definitivo, pero con El Ministerio del Tiempo siempre se pueden dejar puertas abiertas (y nunca mejor dicho) a nuevas dimensiones, a nuevos viajes en el tiempo y, cómo no, a nuevas temporadas.

Javier Olivares, su creador -quien escribió la serie junto a su hermano Pablo, que falleció antes del estreno de la ficción tras varios años luchando contra el ELA-, ofrecía en la rueda de prensa de presentación de esta cuarta temporada un discurso en el que los términos "adiós", "cierre" o "definitivo" brillaban por su ausencia: "Hay que hacer la temporada como si fuera la última, pero dejar hilos que, en el futuro y si se te permite, puedan continuar desarrollándose". De esos hilos que comenzó a tejer junto a su hermano Pablo ha salido una ficción brillante basada en guiones extremadamente ingeniosos, en homenajes a personalidades de nuestro país a las que, por unas circunstancias u otras, quizás no se les había dado demasiado reconocimiento y, sobre todo, en un exquisito rigor.

Un rigor histórico plasmado en el vestuario -cabe destacar que, de media, en cada capítulo se utilizan entre 200 y 250 trajes-, en los diálogos, adaptados a la época que los personajes transitaban, y en el propio atrezo y localizaciones, infalibles a la hora de sumergir al espectador en la movida madrileña o en la corte de Alfonso XII.

Partiendo de sus ingeniosos títulos capitulares -siempre ligados a la palabra tiempo-, cada detalle de esta serie ha servido para mostrar el serio trabajo de Olivares y los suyos para crear un universo de puertas intertemporales que todos y cada uno de sus espectadores han querido cruzar en algún momento.

Alabada por historiadores y entendidos en la materia por su gran carácter divulgativo, la ficción, que "se despide" tras 42 episodios, ha sido capaz de combinar la rigurosidad de un documental histórico con el brío y la frescura de una historia de aventuras protagonizada por unos carismáticos personajes.

Es en este punto, en los personajes, en el que la serie se marca un último tanto. La diversidad de caracteres y perfiles de los personajes principales, que se reparten el protagonismo capítulo a capítulo, y las magníficas incorporaciones de personajes capitulares han sido un buen gancho para que el espectador siguiera conectado a la ficción.

Desde los primeros patrulleros, el trío formado por Julián, Amelia (Aura Garrido) y Alonso (Nacho Fresneda), pasando por los pilares básicos del Ministerio - Salvador (Jaime Blanch), Ernesto (Juan Gea), Irene (Cayetana Guillén Cuervo), Angustias (Francesca Piñon) y Velázquez (Julián Villagrán)- hasta las incorporaciones de Pacino (Hugo Silva), Lola y, más recientemente, Carolina (Manuela Vellés), todos han formado una particular familia, la "familia ministérica", que ha encandilado al público.

Por otra parte, ha sido en esta cuarta temporada cuando la ficción, que ha hecho su particular homenaje a personajes de nuestra historia como Miguel de Cervantes, el Cid Campeador, Isabel la Católica, María Pita, Francisco de Goya o Juan Martín Diez "El empecinado", entre otros muchos, ha centrado su atención en la historia más reciente.

La pintura de la mano de Pablo Picasso, la literatura con Federico García Lorca, la cinematografía con Pedro Almodóvar, la ciencia con Emilio Herrera o la importancia de los derechos de la mujer a través de un precioso homenaje a la escritora, abogada y política Clara Campoamor, han sido los ámbitos explorados en esta cuarta entrega que ahora termina, aunque no se sabe si para siempre.