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Estela Corpas: Entre la dietética y las clases de kizomba

“A mí siempre me ha gustado bailar, cantar… Todo lo relacionado con el mundo del escenario me llama”

Estela Corpas: Entre la dietética y las clases de kizomba
Estela Corpas: Entre la dietética y las clases de kizomba
S.E.

Estela Corpas Santolaria, nacida en Huesca hace 34 años, guarda gratos recuerdos de su infancia, con estudios en Pío XII, juegos en las calles del Perpetuo Socorro y en casa de su abuela, en las cuesta de Las Mártires... Su adolescencia y primera juventud se caracterizaron por su paso por el Instituto Lucas Mallada, años de dudas sobre qué estudiar hasta que se decidió por Auxiliar Administrativo y comenzó su vida laboral en Autoescuela Salvador, donde estuvo un año. A continuación marchó a Madrid a estudiar Teatro, "que a mí siempre me ha gustado bailar, cantar... Todo lo relacionado con el mundo del escenario me llamaba mucho. Era joven, tenía solo 23 años y dije me voy a disfrutar un poco de la vida, voy a cambiar de aires". En Madrid "aprendí muchas cosas y a los tres años me volví a Huesca y mi vida mejoró en muchos aspectos, internamente".

Volvió a estudiar -hizo el módulo a distancia de Sociosanitario en el IFPE Montearagón- y mientras estudiaba, Ángeles le ofreció coger el traspaso de la tienda de Dietética Alto Aragón, con sede en la calle Gibraltar, de Huesca, de la que Estela era clienta. "De todo lo que estudié al final no estoy trabajando en nada de ello. La verdad es que siempre me habían gustado mucho las cosas naturales, pero nunca me había fijado en nada de esto". A su decisión se unieron los comentarios de amigos y familiares, "que todo el mundo me decía "te pega un montón", "esto es lo tuyo", "es muy tú...…". Poco a poco fui aprendiendo, me he ido documentando y hace poco he acabado un curso de herbodietética a distancia".

Era vegetariana y su trabajo en dietética "me ha aportado alimentarme mucho mejor, me ha enseñado a diferenciar lo que es un alimento de un nutriente, y también me ha enseñado que hay muchas maneras de cuidar nuestro cuerpo de forma natural, sin tantos efectos secundarios como tienen algunos medicamentos convencionales. Creo que el mundo de la salud tendría que mirar un poquito más esta parte. Pienso que si a lo mejor la parte natural no llega, entonces metemos la parte convencional de la medicina. Pero hay que tener en cuenta que el método natural es íntegro, valora todo, y lo más importante, no va al síntoma, va a la causa".

Paralelamente, siguió en varias etapas con las actividades artísticas: un año participó en el grupo de Teatro del Concejo oscense y ha acudido a clases de canto, "y la verdad es que me encantaría seguir con todo esto", pero no puede por el trabajo y su hija. Eso sí, con su marido, "que es africano, de Guinea Conakri, desde hace 5 años, damos clases de Kizomba, un baile que empezó en Angola y en Cabo Verde; es una mezcla entre tango y ritmos africanos, se baila en pareja, es un movimiento muy sensual, un baile muy sentido".

Del confinamiento, explica que, "al principio, mucha gente compraba productos para subir defensas, y hemos trabajado porque todos los productos de una herboristería están catalogados como alimentación y no hemos tenido que cerrar". Esencial, pues.