Sociedad

ENTREVISTA

Andrea del Río: "Para actuar hay que tener una mente de hierro"

La actriz aragonesa asegura que su profesión es una carrera de fondo

Andrea del Río: "Para actuar hay que tener una mente de hierro"
Andrea del Río: "Para actuar hay que tener una mente de hierro"
RTVE

MADRID.- Pieza a pieza, la zaragozana Andrea del Río ha sido capaz de construir el puzle de una vida dedicada a la interpretación. La actriz analiza junto a Efe su trayectoria profesional y la importancia del "paso a paso" frente al éxito fugaz: "Actuar es una carrera de fondo, hay que tener una mente de hierro." Hay tareas, como la de completar un puzle, que precisan de paciencia, de un trabajo constante, de visualizar la imagen del rompecabezas reconstruido y de ser capaz de mantener ese objetivo en la mente como estímulo para continuar día a día, pieza a pieza.

Esa imagen final es la meta, el desafío, el deseo. Cada pieza se convierte, así, en un paso más en la consecución de ese objetivo. De esta forma funciona, en síntesis, la vida y, dentro de ella, la realización de sueños tales como llegar a ser una actriz con oportunidades para demostrar su talento.

En este rompecabezas o "carrera de fondo", como ella lo define, se encuentra inmersa la actriz zaragozana Andrea del Río, quien habla con Efe sobre una profesión con la que ha soñado, por la que ha peleado y a la que no le pone "límites" sino que le reclama "más oportunidades".

Andrea del Río (Zaragoza, 1991) es una cara muy conocida de la ficción española. Su nombre figura en series como El secreto de Puente Viejo (2011), Gran Hotel (2011), Amar es para siempre (2013), Cuéntame un cuento (2014), Sin identidad (2015), Mar de plástico (2015) o la reciente Servir y proteger (2017), a la que se reincorpora en este 2020 para volver a ponerse en la piel de la inspectora Alicia Ocaña.

"Esta profesión es una carrera de fondo, se trata de ir paso a paso y es muy importante no perder el objetivo y siempre seguir adelante, aunque a veces cuesta mucho porque es una profesión muy dura", cuenta la actriz, quien añade: "Hay que tener una mente de hierro".

No obstante, el reconocimiento de que ser actriz no es un camino de rosas no elimina la sonrisa del rostro de Andrea, quien irradia vitalidad y consigue realmente que sus ojos brillen de ilusión y emoción al hablar de una profesión a la que ha estado ligada toda la vida.

"Desde muy pequeña me han encantado las películas y las series. Me generaban curiosidad y lo único que pensaba es que quería hacer eso que veía en televisión", señala la actriz, quien destaca la perseverancia, la disciplina y el respeto hacia su trabajo como armas con las que afrontar el día a día ante las cámaras.

Es esa perseverancia y disciplina, en la que también hay cierta o demasiada "autoexigencia", reconoce la actriz, sobre la que Andrea comenzó (y continúa) a construir su particular puzle profesional, un proceso en el que ha habido "duros golpes", grandes satisfacciones, "aprendizaje" y, sobre todo, la capacidad de reinventarse.

Con trece años, sus deseos de formar parte de la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza, en la que solo se podía entrar a partir de los 16 años, le llevaron a empezar su formación en el Teatro de la Estación, donde dio sus primeros pasos en la interpretación.

En contraste con esta determinación y arrojo, emerge la "timidez" de una actriz que siempre sintió serlo, pero a la que le costaba verbalizar ese sentimiento: "Yo siempre me he sentido actriz, desde muy pequeña, lo que pasa es que decirlo en voz alta me ha costado muchos años.Me ponía roja como un tomate cuando mis amigas me presentaban y decían que era actriz", dice.

Sin embargo, con los años, la experiencia y las piezas que Andrea ha ido encajando en su camino, la timidez a nivel personal ha dejado paso a una gran artista a la que la interpretación le dio un primer golpe recién estrenada la mayoría de edad, algo que le sirvió para entender este mundo: "Con 18 años me ofrecieron un personaje más o menos importante en una serie que era "prime time" de Telecinco, pero se cayó".

"Fue una rotura bestial. A partir de eso fue otro comienzo, poquito a poquito", recuerda la actriz, que destaca el papel de Pilar en Mar de plástico como el "más difícil" de su carrera y el de Alicia en Servir y proteger como el de mayor "aprendizaje", con el destacado salto de "estar contra la ley (Pilar) a ser "La Ley" (Alicia) en un par de meses".

En cuanto al futuro, la actriz habla de "oportunidades", de no ponerse "límites" y arriesgar con trabajos en el extranjero, con subirse a las tablas de un teatro y con el desafiante reto de una comedia: "Estoy deseando trabajar, crear nuevos personajes, pero para eso también te tienen que dar la oportunidad".

También expresa su deseo de hacer cine, "me encantaría", añade. "Al final creo que el éxito es tener oportunidades", expresa la actriz, quien cruza los dedos (de manera literal) por un futuro en el que cada pieza de ese puzle encaje y complete la imagen de esa actriz sin límites y con gran talento que es Andrea del Río.