Sociedad

ENTREVISTA

Francisco Cabrero: "Cumplir veinticinco años de sacerdocio es plenitud de vida"

Celebra sus bodas de plata sacerdotales como coordinador de la Curia Diocesana, secretario de monseñor Pérez y párroco de Campo

Francisco Cabrero: "Cumplir veinticinco años de sacerdocio es plenitud de vida"
Francisco Cabrero: "Cumplir veinticinco años de sacerdocio es plenitud de vida"
Á.H.

BARBASTRO.- Francisco Cabrero ha cumplido 25 años -bodas de plata- desde su ordenación sacerdotal en la iglesia de San Juan Bautista, en Alcolea de Cinca. Fue el último sacerdote ordenado por Ramón Malla, obispo de Lérida, el 9 de junio de 1995, tres meses antes de que las parroquias aragonesas formaran parte de la nueva diócesis de Barbastro-Monzón por ejecución del Decreto "Ilerdensis Barbastrensis de finium mutatione" que emitió la Congregación para los Obispos el 15 de junio de 1995.

En la actualidad es moderador de la Curia Diocesana, vicecanciller-secretario general, coordinador de Animadores de la comunidad, y párroco de Campo y su grupo. Antes fue lo fue de Binéfar, San Esteban y Esplús, sus primeros destinos. "Cumplir 25 años de sacerdocio es plenitud de vida, consciente del trabajo que hay por delante", señala. En la distancia recuerda: "Mi ministerio comenzó en la nueva diócesis, aunque en la etapa previa de seminarista estuve en parroquias aragonesas de Pomar-Estiche con José Huerva durante seis años, y después en Monzón donde me ordenaron como diácono. Mi experiencia pastoral más directa fue en esta zona".

Su labor actual "se centra en la Curia Diocesana como coordinador, tareas de secretario particular del obispo y párroco de Campo. Las diferencias son notables porque hay un gran contraste de estar en Binéfar, San Esteban y Esplús, con miles de personas entre las tres, a pasar a Campo y su grupo de quince localidades. A veces te encuentras con celebraciones a las que asisten cuatro personas. Cada mes y medio se procura llegar porque somos Iglesia Universal".

Las diferencias entre realizar labor pastoral en la montaña "son grandes. Hasta ahora he estado en ciudades como Binéfar y localidades grandes, pero en este entorno tan rural el cambio es notable por la zona y las actividades, pero son gente muy agradecida. Cada vez que subo a los pueblos nos vemos casi todos en la iglesia, en cambio en parroquias mayores es distinto aunque nos conozcamos".

Hace una semana acompañó, al prelado en la visita pastoral por localidades pequeñas de la zona de Campo, entre ellas Llert, Las Vilas y Murillo, con censos de población muy bajos. "Le he acompañado por muchas parroquias de los arciprestazgos de Sobrarbe-Ribagorza, Cinca Medio-Litera. La sensación es que el obispo Ángel destila cercanía, cordialidad, proximidad, enseguida salen el carácter afectivo y su sintonía total con la gente".

Respecto a la doble experiencia vivida entre dos diócesis próximas como son Lérida y Barbastro-Monzón, dice: "Las relaciones personales son cordiales, me he criado en aquella diócesis, son culturas distintas, arraigadas en cada zona. Desde el año 2000 doy clases en el Instituto Superior de Ciencias Religiosas con normalidad, nunca ha habido dificultades sino lo contrario, te valoran y agradecen el trabajo. El litigio por los bienes no está presente nunca".