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Antonio Sangó Loriente: "Cada uno tiene que aportar para salir más fuertes como sociedad"

El director de ESIC Aragón, escuela de negocios referente en empresa y marketing, destaca que la covid tiene que hacer ver que se avanzaba a gran velocidad olvidando a las personas

Antonio Sangó Loriente: "Cada uno tiene que aportar para salir más fuertes como sociedad"
Antonio Sangó Loriente: "Cada uno tiene que aportar para salir más fuertes como sociedad"
V.L.

HUESCA.- Transformar personas para mejorar el mundo es el propósito de ESIC, la escuela de negocios que en Aragón dirige Antonio Sangó Loriente (1975), un empeño más necesario que nunca en una sociedad que iba "a una velocidad tremenda" -aunque los expertos coincidían en que "nunca iría tan lenta"- cuando de pronto "llega un virus y para el mundo". Un golpe de realidad para reflexionar sobre que "posiblemente íbamos más rápido de lo que teníamos que ir, perdiendo de vista que todo tiene que girar en torno a las personas", expone Sangó, altoaragonés apasionado de su trabajo en el sector de la educación en una escuela de referencia en empresa y marketing.

El padre de Antonio Sangó era director de banco y, por avatares de la vida, él nació en Lérida, pero a los cuatro días llegó a Huesca, su referencia de infancia y primera juventud junto con Agüero, el pueblo de su madre, estancia habitual de la familia en vacaciones y fiestas, y que visita siempre que puede, como en estos días de agosto. Hasta los 9 años estudió en el colegio de Gurrea de Gállego, donde su madre era profesora, y luego continuó en Salesianos y el Colegio Alto Aragón, en Huesca. En Zaragoza cursó sus estudios universitarios. "Empecé Derecho pero después de dos años desastrosos me di cuenta de que no es lo mío, no encajaba, no rendía", y optó por los estudios de Empresariales y ahí sí acertó. Sumó una estancia internacional en Escocia y un máster en Dirección de Empresas y comenzó a trabajar en la propia escuela de negocios donde lo había cursado. Su carrera profesional siguió en una consultoría financiera y en una empresa de instalaciones comerciales y retail.

Fue en 2007 cuando ESIC contactó con Sangó y tras un proceso de selección accedió como director comercial y de marketing en la sede de Zaragoza. No apartó la formación y realizó los máster Executive y de Dirección de Ventas. En 2014 pasó a dirigir ESIC Aragón, un centro que sigue creciendo con iniciativas "innovadoras e ilusionantes" y un proyecto "enriquecedor desde el punto de vista personal". La diferencia que marcan los alumnos que salen de ESIC, su ADN, afirma, es que son personas resolutivas ("en muchos aspectos de la vida no hay que saber mucha teoría, sino conocer a la gente que te puede ayudar a resolver un problema") y sobre todo "buenas personas. Es lícito ganar dinero, pero haciendo las cosas bien, ayudando a los demás e intentando devolver a la sociedad aquello que te ha dado", remarca.

Una formación para crecer, siempre importante, que todavía lo es más en momentos de crisis, porque "te permite adaptarte más rápido a los cambios, conocer otras experiencias, otras realidades y otras soluciones".

Y todos nos enfrentamos ahora a una situación que es "un drama". Primero "en lo personal" por el número de fallecimientos y las circunstancias en que se han producido. y ahora vivimos "un drama económico. La economía de España está temblando y puede temblar más, porque estamos anestesiados. Hay cantidad de dinero inyectado en el sistema de forma artificial, numerosos ERTE y subvenciones que son pasajeras, pero cuando volvamos a la realidad el drama va a ser económico por un tiempo prolongado". El sector turístico es un buen ejemplo, donde "hay una caída de la demanda ante la que no se puede hacer más que intentar sobrevivir unos meses como sea y esperar que con la llegada de la vacuna esto cambie". El emprendimiento también se ha frenado en una sociedad "que actualmente tiene miedo".

Vuelve a resonar la necesidad de "cambiar el sistema productivo español", algo que "llevamos estudiando años pero que no se lleva a cabo porque es muy complicado", señala. "Evidentemente nos tenemos que apoyar mucho en la tecnología y pensar mucho más en la investigación y desarrollo, pero, si en España más del 10 % del PIB nos lo da el turismo, tendremos que concretar cómo bajamos ese tanto por ciento, y eso nadie lo dice. Nadie dice cómo, en cuántos años y cuántos recursos se aplican para lograrlo", lamenta.

Desde cierta distancia, Sangó ve "a la Huesca de mi corazón" con "falta de dinamismo e impulso". Son una ciudad y una provincia "maravillosas" y "tendríamos que ser capaces de sacarle más rendimiento". Considera que falta el creer que, "a pesar de no ser una ciudad grande, podemos ser una gran ciudad". Lo resume citando lo que la Sociedad Deportiva Huesca ha hecho: "Creérselo, luchar y no verse nunca inferior. Sí pequeño pero no inferior. Eso le hace falta a Huesca, ser conscientes de lo que somos, pero no ser conformistas".

"Al final, de todo esto tenemos que salir juntos y arrimando el hombro -algo que echa en falta- porque la fortaleza empieza por uno mismo y lanzando mensajes que no sean de iluso pero sí optimistas. Pensar que de esto vamos a salir, que son unos meses malos, pero que luego cada uno tiene que poner su grano de arena para salir más fuertes y más unidos como sociedad".