Sociedad

LA ENTREVISTA

Sergio Sainz: "La fotografía y estar en la naturaleza solo me ayudaba a sanarme"

Expone "Haiku", en el marco del Festival BFoto, que surge de la búsqueda de reparación a través de la contemplación de lo natural

Sergio Sainz: "La fotografía y estar en la naturaleza solo me ayudaba a sanarme"
Sergio Sainz: "La fotografía y estar en la naturaleza solo me ayudaba a sanarme"
S.E.

HUESCA.- Sergio Sainz expone Haiku en la Sala Francisco de Goya de la Uned de Barbastro, en el marco de la convocatoria Emergentes del Festival de Fotografía de Barbastro BFoto, cuya edición de este año terminó este domingo, aunque las exposiciones, entre ellas la de Sainz, permanecen hasta el próximo 20 de septiembre.

El encanto por la fotografía comienza en Sainz en su infancia. "Mi padre tenía una cámara analógica y yo iba haciendo fotos. Y me enganchó. Nunca lo vi como algo profesional no conocía el mundo de la fotografía. Acabé estudiando dirección de hostelería y en un año sabático que me tomé, hice un máster en fotografía en Barcelona". Su incursión en ese mundo se lo debe a Rafa Badía e Israel Ariño, "dos influencias importantes".

Haiku nació casi sin querer. De un proceso de búsqueda interior no dirigido. "Durante años, diversos acontecimientos hicieron que me retirase del contacto con la gente, no era constructivo para mí, no me llenaba", explica Sainz. Observó que "aunando la fotografía con el estar en la naturaleza solo era una forma de sanarme. Yo hacía fotos sin ninguna intención más que la de estar bien".

Cuando tenía 15 años falleció su padre, y Sainz se sumergió en la música que le llevaría a la escritura como vía de sanación. "En aquella época yo escuchaba mucho rap. Los artistas que escuchaba hacían letras muy melancólicas, y me llevaron por el camino. Ellos avanzaron y se hicieron mucho más poetas, y yo avancé con ellos y me acerqué a la poesía". Y comenzó a escribir. "Me ayudaba a que los problemas fueran más livianos".

Fotografías y escrituras con el único objetivo de sanarse. Dos caminos que terminaron convergiendo, "dos líneas paralelas de creación, que entre ellas pueden no tener relación directa, pero emocionalmente sí y versan sobre lo mismo", explica.

Las imágenes recorren principalmente un bosque de eucaliptos en Cantabria al lado de una playa, toda la zona norte de Navarra, el Pirineo de Huesca y la zona de la Garrocha, en Gerona.

Un proceso de reparación de los traumas que la vida le ha afligido por el cual, nunca se sintió obligado interiormente a producir obra. Lo cual provocaba que hubiera ocasiones en las que "salía y por diferentes motivos no tenía conexión con el medio", necesaria para que Sainz tomara la fotografía de "una nube que pasaba o con un pájaro que te mira o con una brisa que te da", explica.

Recorridos por la naturaleza que son "una mera interacción con el medio", ahí es cuando "se generan la conexión". "A mí me producía tal satisfacción que quería trasladarlo a la sociedad, a mi familia y amigos. Contar que el vuelo de un ave es bonito y es sanador", añade.

Sainz dice que "si no es sobre un mal interior le cuesta mucho trabajar. Cuando soy feliz no escribo y hago otro tipo de fotos más fáciles. Estoy en un momento bastante feliz. Poco a poco iremos trabajando en otra cosa".