Sociedad

¿QUIÉN SOY?

Julián Lóriz Palacio: Entre dulces y la satisfacción del compromiso

"El conocimiento adquirido en la vida institucional y social es útil para gestionar y resolver problemas"

HUESCA.- Julián Lóriz Palacio (1958) nació en la Clínica de la Inmaculada, de Huesca, y a los pocos días era ya vecino de Grañén, donde vivían sus padres. En la Agrupación Escolar mixta de esta localidad monegrina comenzó sus estudios y de sus años de infancia y primera adolescencia dice que llevó "una vida dulce". Algo creíble si se tiene en cuenta que sus padres regentaban la pastelería del pueblo y que de esos años de pantalón corto todos sus recuerdos son "agradables". Bueno, casi todos, "que tenía un maestro que era manco pero que con la mano que le quedaba, cogía la regla y nos daba buenos reglazos".

Pasó estos años entre las aulas y las calles de Grañén, donde con sus amigos jugaban "a policías y ladrones, a marro, chapas, tabas, carpetas...". Y cuando en la pastelería familiar salía el producto del horno, "por un lado iba al escaparate, para vender y por otro, a mí me caía algo como probador".

Estudió Julián en Grañén hasta cuarto de Bachiller y con la edad fue colaborando más en el laminero negocio de la familia. Pasados los 14 años aterrizó en la Universidad Laboral de Huesca para hacer 5º y 6º de Bachiller y COU, y en septiembre del 75 se matriculó en la Universidad Central de Barcelona, en Filosofía.

Casí antes de que pisara la Facultad fue detenido por la Policía tras pegar un cartel del trotskista Partido Obrero Revolucionario de España (Pore). Acusado de asociación ilícita y propaganda, estuvo cerca de 3 meses en la cárcel Modelo de Barcelona -del 22 de octubre del 75 al 14 de enero del 76-, de la que salió "con una fianza de 75.000 pesetas que se la devolvieron al final a mi padre, con la ley de Amnistía. Lo que no me devolvieron, las dos maletas de propaganda que me cogieron".

Se puede decir que así comenzó su trayectoria política y sindical que, tras una "transformación personal e ideológica", le llevó a formar parte del PSOE y la UGT (entonces era obligatoria la doble afiliación), donde tuvo importantes cargos orgánicos. Fue secretario general de las Juventudes Socialistas de Aragón entre el año 1979 y 1981; secretario provincial del PSOE de Huesca un añ...". En el sindicato fue más allá y entre 1987 y 1994 fue secretario general provincial de Huesca, y en Zaragoza, del 2004 al 2013, secretario de Organización y secretario general regional.

Una actividad sindical y política que dice le ha aportado "la satisfacción de comprometerte en hacer sociedades mejores. Esta etapa aporta, sobre todo, la satisfacción de haber tenido un compromiso".

Ahora es el delegado de la Fundación Rey Ardid en Huesca, "un trabajo que me aporta sensibilidad para conocer y entender problemas de gente que tiene dificultades, personas que son más vulnerables, personas mayores o personas con discapacidad, y trabajar para resolver problemas, para gestionar, para lo que es muy útil el conocimiento adquirido en la vida institucional y social".