Sociedad
en colaboración con caja rural de aragón

“Cada vez más mujeres piensan en los pueblos para su proyecto de vida”

Ainoa de los Frailes es subdirectora en Jaca de Caja Rural de Aragón y vive en Oliván.

Ainoa de los Frailes trabaja en la oficina de Caja Rural en Jaca, lo que le permite vivir en su pueblo, en Oliván.
Ainoa de los Frailes trabaja en la oficina de Caja Rural en Jaca, lo que le permite vivir en su pueblo, en Oliván.
Caja Rural

Mujer joven que vive en un pueblo pequeño. ¿Cree que tiene oportunidades de desarrollo profesional?

-Desde hace más de diez años vivo con mi familia en Oliván, un pueblo del Pirineo aragonés que pertenece a Biescas, en el que solemos residir quince habitantes. Gracias a Caja Rural de Aragón he podido afincarme y echar raíces en el territorio que me vio nacer y crecer, dando servicio con cercanía y sencillez a nuestros clientes.

¿Pensaba cuando hacía la carrera que el medio rural podía ser un destino para crecer?

-No. Con 18 años me fui a Zaragoza a estudiar la Licenciatura en Económicas y jamás pensé que podría desarrollar mi carrera profesional en mi tierra. Ahora, con 37 años, ves el potencial que tienes en la vida personal y profesional en el mundo rural. Todo ello, sumado a las nuevas tecnologías, hace que tenga acceso a todo como en una gran ciudad. Por ejemplo, con la pandemia, he podido trabajar desde mi casa del pueblo. Desde allí he prestado servicio a nuestros clientes.

"He podido echar raíces en mi tierra"

¿Qué supone en los pueblos y, en concreto, para las mujeres la presencia de Caja Rural?

-Para las mujeres y para los hombres, contar con una entidad financiera de una forma u otra en un pueblo es muy importante. Con Caja Rural de Aragón llegamos a muchos pequeños núcleos rurales para prestar servicio y productos a la carta. Sacrificamos una parte de nuestra rentabilidad económica por la rentabilidad social que supone asesorar y dar el mismo servicio que en una gran ciudad, por ejemplo, en las pequeñas localidades de nuestro Pirineo. Ayudar a nuestras vecinas y vecinos en sus necesidades financiera es muy gratificante.

¿Su labor traspasa la puerta de la oficina?

-Sí, soy la imagen de la Caja en Oliván, en Jaca y en la Jacetania o el Alto Gállego. Para mí es un orgullo representar a Caja Rural de Aragón identificándome con todos sus valores de sencillez, colaboración, entusiasmo y cercanía, este último nuestro valor bandera por excelencia.

Techo de cristal, menor salario a igual trabajo… ¿sufre esto o lo ve a su alrededor?

-En mi trayectoria laboral categóricamente no. Jamás he visto condicionado mi puesto de trabajo por ser madre y mujer. En mi opinión, creo que cada vez estamos rompiendo más ese “techo de cristal” y tendemos a la igualdad tanto económica como profesional. En Caja Rural de Aragón no he tenido ninguna de estas sensaciones. Me ha permitido conciliar y poder desarrollarme en todas mis facetas personales y profesionales.

¿Cómo se podría avanzar para apoyar a la mujer rural?

-Desde Caja Rural de Aragón ofrecemos asesoramiento personalizado a todas las mujeres que se quieran asentar en el territorio ofreciéndoles líneas de financiación, incorporación a nuevas explotaciones agrícolas/ganaderas o cualquier otro tipo de negocio cubriendo cualquier necesidad financiera que tengan. Con la pandemia estamos observando cada vez más mujeres que piensan en nuestros pueblos para realizar un proyecto de vida en ellos. 

“El desarrollo laboral de la mujer rural es importante frente a la despoblación”

Isabel Jaimejuan, gestora de la oficina de Caja Rural de Aragón en Benabarre.
Isabel Jaimejuan, gestora de la oficina de Caja Rural de Aragón en Benabarre.
Caja Rural de Aragón

Tras años de trayectoria, ¿cómo ha cambiado la visión sobre una persona que trabaja en una entidad financiera en el medio rural?

-Lo que realmente ha cambiado es la sociedad. La llegada de internet y las aplicaciones digitales han modificado formas de trabajar y relacionarnos. A pesar de ello, en Caja Rural de Aragón, seguimos con nuestra presencia física en el territorio y destacando por nuestra cercanía con nuestros clientes.

¿Qué papel desempeña una entidad bancaria en una pequeña localidad?

-El primer día que llegué a la oficina de Caja Rural de Aragón en Benabarre, un cliente me entrego varias facturas de luz, teléfono... para que le aclarara algunas dudas. Yo venía de una zona urbana y rápidamente entendí la diferencia. Algunos clientes, sobre todo la gente más mayor, nos consideran sus gestores, su asesor personal. Somos todos vecinos, muchos de ellos ya amigos.

En su caso, le ha permitido quedarse. ¿Es vital este sector para generar empleo y especialmente para la mujer?

-Mi marido es de Benabarre y vivimos aquí. La cercanía que tenemos en Caja Rural de Aragón con nuestros clientes hace que cuenten con nosotros para cualquier operación financiera. La continuidad de la red de oficinas resulta esencial para garantizar el empleo y la prestación de servicios de calidad en los municipios. Teniendo en cuenta que hay una demanda social cada vez mayor, se debe seguir prestando servicios financieros en el medio rural para contribuir a la lucha contra la despoblación. Sin embargo, se mantienen escenarios de desigualdad en las tareas de cuidado y trabajo doméstico originando mayor dificultad en las mujeres para incorporarse al mercado laboral.

"Formamos parte de la generación de la igualdad"

Caja Rural se muestra comprometida con las personas y ligada al territorio, ¿apoya en especial a la mujer rural?

-Cada vez hay más mujeres que viven y trabajan en el mundo rural y valoran el emprendimiento. No obstante, la falta de financiación es un problema importante para poner en marcha el negocio. Desde Caja Rural sabemos la importancia que tiene el desarrollo laboral para frenar la despoblación y junto con la Fundación Caja Rural de Aragón estamos muy comprometidos con el territorio. Contamos con una plantilla de mujeres cada vez más amplia y sensibilizada con el trabajo de la mujer, somos y formamos parte de la generación de la igualdad.

¿Algo está cambiando?

-Aunque no es lo habitual, desde hace unos años, hemos visto un aumento de clientas ganaderas y agricultoras que por su pasión en este sector las convierte en trabajadoras y/o empresarias excepcionales. No obstante, sigue siendo un medio masculinizado y cada vez más envejecido. Creo que el mundo rural sigue dando más oportunidades al hombre que a la mujer. Aunque ahora la mayoría de las mujeres obtienen sus propios ingresos y la economía es compartida, eso aporta una libertad en muchos aspectos de la que somos testigos en Caja Rural de Aragón.