Endesa X apuesta por la transición energética
el sector cárnico aragonés es para la compañía una pieza clave en la electrificación de la región. el proyecto se enmarca dentro de una estrategia de la empresa que incluye un 'flagship' en zaragoza para contribuir a cambiar hábitos en la provincia

La descarbonización es hoy el eje de la competitividad empresarial y la electrificación, la palanca para conseguirlo. Un proceso que ya ha comenzado en la industria española y que ha pasado de ser una opción a ser una necesidad, pues no descarbonizarse sale caro. El complejo cárnico supone entre el 6-7% del PIB y del empleo total de Aragón. Todo el sector agroalimentario significa más del 10% del PIB y del 12% del empleo, por lo que se ha convertido en uno de los motores de la economía de la Comunidad y como tal, ha de ser ejemplo de sostenibilidad y apostar por la descarbonización.
El cárnico, es un sector que demanda un alto consumo energético, destinado tanto a los procesos de frío industrial para mantener una temperatura adecuada en la conservación de los productos como a la generación de calor para los distintos procesos de producción: desde procesos de secado (por ejemplo, secadero de jamones, etc.) escaldado o chamuscado hasta la producción de agua de limpieza para garantizar las condiciones higiénicas necesarias del producto final.
Tradicionalmente este calor se ha producido con calderas de vapor, con el gas natural como fuente de energía, distribuyendo el vapor generado a lo largo de las distintas zonas y procesos de planta, transformándose en agua caliente a la temperatura de uso necesaria en cada uno de los procesos. Hasta hoy, el uso del gas natural en el proceso productivo del sector cárnico se ha basado por un lado en los bajos precios de los combustibles fósiles y por otro en una limitación tecnológica, al no existir alternativas a los combustibles fósiles para la producción de calor a temperaturas mayores de 50ºC.
La evolución en los últimos años de las bombas de calor permite hoy la producción de agua caliente a temperaturas de hasta 90ºC, siendo desde un punto de vista energético la opción tecnológica más eficiente: hasta un 600% más que una caldera de gas. En el plano económico, el retorno de la inversión con precios de 2020 estaba en torno a 4-5 años, reduciéndose a 2-4 años en el actual escenario de precios de gas y electricidad (dependiendo de cada instalación).
Técnicamente, para demanda de temperaturas de hasta 55ºC, la bomba de calor puede hacer uso del ambiente exterior para la condensación, obteniendo buenos rendimientos incluso en invierno. Cuando la demanda de temperatura de uso es superior, se necesita disponer de un foco de calor, que será utilizado por la bomba de calor para producir agua hasta 90ºC con unos altos rendimientos.
Y es en este punto en el que el sector cárnico apostar por la electrificación de su proceso productivo, con la bomba de calor como tecnología base, tiene mejor recorrido que en otros sectores, al contar con un foco de calor en su propio proceso productivo. ¿Dónde? En la condensación de las propias enfriadoras ubicadas en las plantas de producción para mantener refrigerado el producto final. Así, no solo se consigue producir calor del modo más eficiente y rentable con la bomba de calor, sino que además se consigue mejorar el rendimiento del sistema de producción de frío.
Apostar por la electrificación, asegura la sostenibilidad ambiental y económica del sector cárnico a largo plazo, pues la electrificación es la palanca principal para conseguir reducir y, en último término, eliminar la huella de carbono. Año a año, la generación con fuentes 100% renovables crece en el mix energético, por lo que electrificar la demanda energética es ya la mejor opción para iniciar la descarbonización del sector cárnico.
Conseguir un sector neutro en huella de carbono, es hoy posible. Además de la electrificación de los procesos productivos, soluciones como el autoconsumo solar fotovoltaico (junto con el almacenamiento de la energía no auto consumida en el momento de su generación para utilizarla en otro momento), la gestión de la venta de la energía sobrante producida por la planta a través de un PPA (con el que la empresa se asegura una estabilidad en el precio de la energía no autoconsumida) y el asegurar que la energía restante necesaria para los procesos productivos de la empresa sea suministrada con garantía de origen renovable, son medidas que acercan al sector al objetivo de ser neutro en huella de carbono.
‘Flagship’ en Zaragoza
El objetivo de la electrificación del sector cárnico aragonés se engloba dentro de una estrategia más amplia de Endesa X con la que busca una transición energética. Para ello ha creado diversos proyectos piloto denominados ‘flagship’. Uno de ellos está ubicado en Aragón, en concreto en Zaragoza.
La compañía ha escogido la capital aragonesa ya que tiene una economía basada en la industria y centrada en la innovación, con un gran potencial de electrificación de la industria, con la electrificación y descarbonización de procesos, y del transporte, con la implementación de vehículos eléctricos tanto en el ámbito privado como público. Además, tiene un consumo mayoritariamente térmico con potencial de reducción de consumo de combustibles fósiles. Es una de las provincias con mayor penetración de gas natural. El potencial de electrificación a 2030 para Zaragoza es aproximadamente de 1,0 TWh, impulsado principalmente por la industria (0,5TWh) seguido del sector transporte y la electrificación de los edificios residenciales.
Quieren demostrar a sus clientes la conveniencia económica de la electrificación. Para ello están introduciendo productos innovadores, ofertas que combinan energía con equipamiento, y nuevos modelos de negocio.
Un proceso imprescindible también en los hogares
La sociedad actual está inmersa en un proceso de cambio sin precedentes conocido como la transición energética. Es un cambio que afecta a todos, individual y colectivamente, e incumbe tanto a personas y comunidades como a empresas de todos los sectores e instituciones a nivel local, nacional e internacional. Este proceso surge a raíz de la coincidencia de dos factores que definirán nuestra época: los efectos del cambio climático y las posibilidades de detenerlo que nos ofrecen los avances tecnológicos..
Este proceso de transición energética ha fomentado el desarrollo de fuentes de energía renovables, la evolución de las redes de distribución y una revolución en el uso de la energía. En el centro de la transición energética se encuentra la electricidad, y la vía para poder aplicarla es la electrificación de los usos y el consumo.
La electrificación es el proceso de sustitución de aquellas tecnologías que usan combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural por otras que funcionan a partir de electricidad en todos los sectores. Para que esto sea posible es necesario una implicación de todos y ello implica modificar determinados hábitos en el día a día.
La aerotermia es una tecnología que aprovecha la energía contenida en el aire para producir calefacción, refrigeración y agua caliente, eliminando las facturas de gas y reduciendo las de electricidad. Es una energía natural, renovable e inagotable. Para calentar la casa, las bombas de calor aerotérmicas absorben el calor del aire exterior a través de un gas refrigerante, y lo transmiten al interior de la casa. Por eso pueden generar calor incluso cuando la temperatura exterior sea de 20 grados bajo cero. Cuando se necesita refrigerar la casa funciona a la inversa: extrayendo el calor del interior para generar frío.
La aerotermia es un sistema de climatización sostenible y respetuoso con el medioambiente. A diferencia de una caldera convencional, no consume gas ni ningún otro tipo de combustible fósil, sólo un mínimo de electricidad, mientras que las calderas tradicionales utilizan fuentes de energía, como el gas o el petróleo, que , además, tienen un precio cada día más alto. Por ello, la aerotermia supondrá un menor gasto para las economías domésticas.
Como solo precisa de electricidad para su funcionamiento, genera cero residuos, cero ruidos y cero emisiones a la atmósfera; además, no requiere de mantenimiento. Con la aerotermia la energía que se necesita para calentar o bajar la temperatura de un hogar proviene de dos fuentes: el 25% del suministro eléctrico y el 75% del aire exterior; es decir que, con este sistema, como se consume la cuarta parte de energía, se puede conseguir hasta un 75% de ahorro en la factura energética.
Además de la aerotermia, se puede tener un hogar más sostenible instalando placas solares en los tejados de los edificios. Para disfrutar de esta energía es necesario tener instalados unos paneles solares y un inversor. Cuando el sol incide sobre las placas, éstas generan energía que se transforma en electricidad gracias al inversor y que ya está lista para usar. Si se produce más energía de la que se necesita, se puede instalar una batería para acumularla y usarla cuando se necesite. Si no se quiere instalar una batería, la energía eléctrica que no se consume se volcará en la red principal y la compañía energética pagará por ese excedente. Y si en algún momento el cliente necesita más energía de la que produce, puede cogerla de la red.
Otro paso para tener una casa más sostenible es instalar un punto de recarga y usar en un vehículo eléctrico. Esto tiene multitud de beneficios, como recargar el coche en casa o poder hacerlo por la noche, franja en la que es más económico. Además, no interferirá en el estilo de vida de las familias ni en la utilización que hagan de los electrodomésticos.
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