Los menores, víctimas invisibles y vulnerables
EL JUSTICIA de Aragón, Ángel Dolado, ha expuesto en su Informe “Menores 2020” la especial situación de vulnerabilidad de este sector de la población que, además, ha transitado por este periodo en medio de una cierta invisibilidad, discriminación y, hasta en algunos casos por parte de los adolescentes, una estigmatización a través de la generalización de conductas poco responsables con las que no cabe identificar a la totalidad. A la penosidad que para toda la población ha supuesto la sucesión de episodios desde el confinamiento hasta esta -esperemos- última fase de la vacunación, se agrega en los niños y jóvenes su propia condición en una etapa existencial en la que lo habitual es que, precisamente, miren al frente sin límites, sin fronteras, convencidos de que, en la estructuración de su edificio del futuro, son los protagonistas sin más cortapisas que las naturales.
La pandemia ha atacado de una manera transversal y profunda a unos colectivos que, como en el resto de la pirámide de edad, tienen también su propia diversidad: la convivencia con personas con discapacidad, con enfermedades, con precariedad familiar, incluso con riesgo de exclusión, problemas coyunturales o estructurales que demandan intervención desde las administraciones y desde la comunidad para que la integración sea fluida.
En estos estadios tempranos, confluyen paradojas como el incremento de las quejas al Justicia de Aragón, la disminución de menores atendidos en diferentes situaciones, la caída de la natalidad y, en definitiva, la progresiva complejidad en la tarea ética que debe asumir una sociedad madura, como es la de la normalización en la que los niños, los adolescentes y los jóvenes tienen a su alcance las oportunidades en las que demostrar su compromiso.
