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DEUDA PÚBLICA

La deuda pública española lleva seis meses en máximos

El factor clave es la persistencia del déficit, que no se reconduce desde la crisis

La Airef estima un coste del ingreso mínimo vital similar a 3.000 millones
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P.

MADRID.- La deuda pública española permanece desde hace seis años en valores máximos, en torno al 100 % del PIB, a pesar del crecimiento económico experimentado en este periodo y de que hogares y empresas sí han conseguido desapalancarse. ¿Por qué?

El factor clave es la persistencia del déficit público, que se disparó durante la crisis y que todavía no ha logrado reconducirse: mientras los gastos superen a los ingresos, la deuda en términos nominales seguirá creciendo y solo se reducirá en términos de PIB si crece menos de lo que lo hace la economía. Al cierre del tercer trimestre del año, la deuda del conjunto de las administraciones públicas sumaba 1.207.755 millones de euros, 30.006 millones más que un año antes y lejos de los 384.662 millones con los que terminó hace doce años, en 2007.

En términos de PIB, la deuda del tercer trimestre equivalía al 97,8 % del PIB, por debajo del 98,9 % del PIB del tercer trimestre de 2018, unas cotas más moderadas que el récord del 100,9% del PIB alcanzado en el primer trimestre de 2015 pero lejos del 35,8 % del PIB con el que cerró 2007. Esta evolución contrasta con la de la deuda privada -hogares y empresas-, que al cierre del segundo trimestre sumaba 1,6 billones de euros, un 132,1 % del PIB, muy por debajo de los máximos de 2009 y 2010, cuando superaba el 200 % del PIB. La economista sénior de Funcas María Jesús Fernández explica que esta evolución contrapuesta tiene su origen en la burbuja previa a la crisis, que alimentó a su vez un nivel de actividad "por encima de lo sostenible" a base de endeudamiento privado.

La deuda de los hogares, que hasta 1999 estaba por debajo del 40 % del PIB, marcó su máximo de 85,6 % del PIB en el segundo trimestre de 2010. De la misma manera, la deuda empresarial, que en 1999 rondaba el 50 % del PIB, llegó al 119,9 % del PIB ese mismo trimestre.

Hasta el comienzo de la crisis, la deuda pública se mantuvo más o menos estable en términos nominales -pasando así de 374.557 millones al cierre de 2000 a 384.662 millones en 2007- pero el crecimiento económico de la burbuja redujo el endeudamiento en relación al PIB, que pasó del 57,8 % al 35,8% en esos años.

Al llegar la crisis "se pincha esa burbuja", prosigue Fernández, y los agentes privados reaccionan reduciendo su endeudamiento -los hogares conteniendo gasto y las empresas, minorando las inversiones-, una tendencia que continúa prácticamente hasta la actualidad.

El sector público vivió, por otra parte, un proceso inverso, ya que el fin de la burbuja destruyó empleos, empresas e ingresos tributarios, creando un déficit fiscal que tuvo que cubrirse con deuda, sobre todo en los primeros años, hasta que esta se disparó por encima del 100 % del PIB.