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SOLIDARIDAD

La bajada de las donaciones afecta a las despensas solidarias

Las necesidades de las personas sin recursos siguen siendo las mismas

Somos Tribu Vallekas estuvo a punto de paralizar los repartos
Somos Tribu Vallekas estuvo a punto de paralizar los repartos
Somos Tribu Vallekas

La bajada de donaciones amenaza la actividad de las despensas solidarias de la Comunidad de Madrid este verano, hasta el punto de provocar el cierre temporal de algunas de ellas, aunque sus responsables advierten de que la necesidad por parte de las personas sin recursos sigue siendo la misma.

Entre las despensas solidarias que han tenido que cerrar temporalmente al tener menos donaciones están la Casa Vecinal de Tetuán y Somos Malasaña, en Madrid capital, que también se ha visto afectada por la escasez de voluntarios en los meses de verano al coincidir con las vacaciones.

“A base de donaciones aguantas un tiempo, pero somos humanos”, cuenta a Efe Ángel, uno de los voluntarios de Casa Vecinal de Tetuán, que interrumpió su actividad el 1 de julio.

En el caso de la red Somos Tribu Vallecas, que recientemente recibió uno de los premios Premio Ciudadano Europeo 2020 por su ejemplo de solidaridad durante la pandemia, estuvieron a punto de paralizar los repartos de julio y agosto.

“Es difícil encontrar a voluntarios que vayan a los sitios, entonces lo que hemos hecho es en vez de dar una cesta quincenal, hacer una entrega mensual”, explica a Efe Eva, una de las voluntarias.

Para paliar la bajada de donaciones de alimentos y otros productos de primera necesidad, han recogido aportaciones de dinero de vecinos y un supermercado de la zona para dar una cantidad a las familias “para que con ella puedan ir comprando, salir del paso”.

La red vecinal Somos Tribu Vallecas surgió, como tantas otras, en marzo de 2020 con la idea de hacer la compra a aquellas personas del distrito madrileño de Puente de Vallecas que tenían dificultades para salir de casa en el principio del confinamiento.

“Empezamos a recaudar dinero porque vimos que había personas que no sólo no podían hacer la compra, sino que no podían afrontar el gasto de la compra”, cuenta Eva.

Así surgieron las despensas solidarias, en las que los propios beneficiarios de las donaciones de cestas de productos colaboran también como voluntarios en los repartos.

Eva comenta que a lo largo de la pandemia ha cambiado el perfil de estas personas, ya que antes eran vecinos cuyos trabajos se paralizaron por la crisis sanitaria y ahora hay también gente con trabajos “precarios” que no llegan a fin de mes.