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CUMBRE DEL CLIMA

La COP28: el difícil equilibrio entre clima y economía

La Cumbre apela al consenso de 198 países para limitar el calentamiento a 1,5ºC

Inauguración de la sesión.
Inauguración de la sesión.
Ali Haider

La Cumbre del Clima de Dubái, COP28, llegó a su ecuador siendo fiel reflejo del difícil equilibrio entre garantizar la seguridad climática y los intereses económicos de los 198 países llamados a consensuar los pasos a seguir para poder limitar el calentamiento global a 1,5°C.

Tras una jornada de descanso, el cónclave entrará en su “fase política” con la esperanza de muchos puesta en que la CO28 se saldará con un mensaje claro sobre el inicio del fin de la era de los combustibles fósiles “sin adjetivos”.

Sobre la mesa, quedan abiertas todas las opciones tras la publicación de un borrador de uno de los documentos más buscados de esta cumbre: el que deberá cerrar el primer proceso de revisión de lo logrado desde el Acuerdo de París y lo que aún queda por lograr para alcanzar sus objetivos, conocido como Balance Global. En él, se baraja desde la eliminación justa y progresiva de todos los combustibles fósiles, a no hacer nada, pasando por sólo la eliminación del carbón que no cuente con tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 (CCS, en inglés) para llevar a cero sus emisiones.

Sin duda, en las negociaciones de cuál debe ser el mensaje final, volverá a pesar la dependencia de unos y otros países de carbón, petróleo y gas. La UE defiende el fin del uso de todos los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) en el sector de la energía antes de 2050 porque ya hay tecnologías competitivas para sustituirlos; para el resto de usos, apoya que se sigan usando sólo cuando sea CCS. EE. UU. aboga por “alguna” eliminación gradual a 2050, dejando los combustibles CCS sólo para sectores difíciles de descarbonizar (aviación, acero, etc).

Arabia Saudí y Rusia (segundo y tercer mayores productores de crudo tras EE. UU.), China (mayor emisor) o India (dependiente del carbón) no han mostrado públicamente sus cartas, aunque las voces que informa “fuera de micro” hablan de su férrea oposición a “poner por escrito” referencias al fin de los combustibles fósiles, máximos responsables de la crisis climática.