Aragón

ALTO ARAGÓN - REFORMA DE LA PAC

Joaquín Olona: "Mi apuesta por el desarrollo rural es conseguir un reparto justo de la PAC"

El consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón reclama la reforma de la política europea y denuncia que "es un disparate que tengamos a jóvenes excluidos de las ayudas directas"

Joaquín Olona: "Mi apuesta por el desarrollo rural es conseguir un reparto justo de la PAC"
Joaquín Olona: "Mi apuesta por el desarrollo rural es conseguir un reparto justo de la PAC"
G.A.

HUESCA.- Está empeñado en la reforma de la PAC, ¿es uno de los principales retos del sector agroganadero?

-Lo más sustancial que lo engloba todo es la reforma de la PAC, que se haga en profundidad y con el enfoque que hemos defendido desde Aragón, que en alguna cosa ya hemos influido, al poner el acento en la compensación de la renta de los agricultores. La ayuda se tiene que concentrar en los agricultores que más dependen del sector y dejar ya de lado las referencias históricas y los derechos individuales .

Que eso se lleve a término es absolutamente determinante porque depende la subsistencia no de la agricultura pero sí del modelo familiar.

¿Fue clave el apoyo nacional para la supresión de los derechos históricos?

-Sí que es gratificante, porque era una posición de la que partíamos en solitario y ahora ya está generalizada. La práctica totalidad de las Comunidades Autónomas se han declarado a favor. Lo importante de que exista esa posición tan amplia no es tanto por los derechos en sí, sino por lo que supone para que haya una reforma de verdad en favor de los agricultores.

¿Qué se espera que incluya esa reforma—

-Es un tema muy complejo y hay que dejar a un lado los detalles, aunque sea inevitable pensar en cómo queda lo mío. Lo sustancial es que nos centremos en los pagos directos, en cubrir y resolver esa brecha de renta que existe entre los agricultores que pretenden vivir de ello de forma profesional y el resto. Esta es la deuda pendiente de la PAC. El resto de los objetivos que se planteó con su creación se han cumplido: asegurar el abastecimiento alimentario, hacerlo en condiciones de seguridad, asequibles, mejorar la productividad... todo se ha logrado, pero queda equiparar la renta de quienes trabajan en la agricultura con el resto de los ciudadanos. Eso no se ha conseguido después de más de 50 años. Lo relevante es que los pagos directos de la PAC se centren en eso y es algo por lo que el propio sector debería apostar de manera más firme. Y cuando digo los agricultores que viven de la agricultura, no digo exclusivamente, porque hay un amplio acuerdo de que el modelo de agricultura familiar comparte otros ingresos, otras actividades… pero que sustancialmente dependan de la actividad agraria.

Hay una nueva convocatoria de ayudas a la incorporación de jóvenes agricultores, pero muchos denuncian que es imposible empezar de cero.

-Es más de lo mismo. Por mucho que habilitemos ayudas específicas para los jóvenes, si el tratamiento después a través de los pagos directos no es eficaz... A los jóvenes que se incorporan les estamos exigiendo que lo hagan de forma profesional y que su explotación tenga la dimensión adecuada para poder vivir de ello. Si este modelo de agricultor que es el que estamos incorporando, después resulta que queda excluido de los pagos directos, de poco sirve todo lo que hagamos en la política específica de incorporación de jóvenes. Es absolutamente determinante que se produzca la reforma porque no tiene ningún sentido que tengamos jóvenes que estén excluidos de las ayudas directas, es un disparate.

¿Y aún con ayudas es imposible empezar si no heredas un patrimonio?

-Hay que ser realistas. Incorporarse a la actividad agraria exige inversiones muy importantes. Insisto en que hay que garantizar esos pagos directos. Si no lo hacemos bien, lo que hacemos a través del segundo pilar siempre será insuficiente. Eso hay que corregirlo y es urgente. Hay que poner el acento de la reforma en los jóvenes, que son el futuro. En cuanto al patrimonio, en este Gobierno hemos dado algún paso significativo porque antes no se podía, pero ahora se pueden incorporar a través de una granja de porcino o avícola. Conlleva una inversión importante, pero con intensivo se puede empezar de cero.

Entonces, ¿la clave está en la sucesión? Porque muchos ganaderos dicen que una explotación que se cierra ya no se vuelve a abrir.

-El reto es abordar un ajuste estructural porque tenemos explotaciones de dimensiones económicas muy pequeñas. Todo el mundo entiende que el trabajo de las empresas se cifra en ventas y número de empleos y en la agricultura tenemos que empezar a acostumbrarnos a caracterizar a las empresas por su dimensión económica. La dimensión en Europa es muy pequeña. Más de las tres cuartas partes de las explotaciones de Aragón tienen una cifra de ventas menor de 25.000 euros. El objetivo no tiene que ser mantener el número, sino mejorar su dimensión económica para que sus titulares puedan vivir dignamente de su explotación. Ya no diría para que sean rentables, porque exigir rentabilidad en agricultura es muy exigente y prefiero hablar de viables. Por mucho que mejoremos la dimensión, dadas las dificultades de rentabilidad, es imprescindible la ayuda directa.

Adelpa ha planteado medidas para el mantenimiento de la ganadería extensiva y propone la creación de un contrato para compensar la labor medioambiental. ¿Es factible?

-Diría que se adhieran y apoyaran lo que desde el Gobierno de Aragón planteamos. No hace falta ningún contrato especial, lo que hace falta es que los pagos directos cubran eso. Cada sector tiene sus circunstancias pero todos tienen el mismo problema: la insuficiencia de la renta. Las zonas de montaña tienen particular dificultad pero lo primero es apostar por algo común a todos los agricultores y ganaderos estén donde estén, que es compensar la renta, y en eso nos tenemos que centrar.

¿Y no es lógico compensar esa dificultad de la montaña?

-En esta legislatura hemos dado un paso muy importante, que son las ayudas específicas que tienen en montaña, que se están aplicando. Pero mientras los pagos directos de la PAC se sigan aplicando de manera ineficaz… no hay que establecer soluciones específicas para cada territorio y sector, porque eso se ha demostrado es muy mala solución sobre todo cuando no hay expectativas de crecimiento del presupuesto de la PAC sino más bien lo contrario. En Aragón estamos distribuyendo unos 500 millones de euros al año y si en lugar de hacerlo como estamos obligados por la normativa comunitaria, lo hiciéramos de manera más eficaz y justa...

¿Sería suficiente?

-Los estudios que hemos hecho demuestran que es suficiente para los agricultores y ganaderos que viven de ello. No soy partidario de plantear modelos alternativos. Esa idea de pagar por servicios ambientales es la justificación de la compensación de la renta, no tememos que inventar muchas cosas nuevas sino ser valientes y atrevernos a mejoras las deficiencias.

Carga toda la responsabilidad sobre la PAC, ¿pero algo podrá hacer por el sector el Gobierno de Aragón?

-Nosotros desde el principio hemos puesto sobre la mesa una propuesta de solución para resolver de una manera realista un problema. La DGA no puede actuar de forma unilateral. La solución está en la PAC.

Mientras tanto cada vez hay menos ganadería extensiva.

-En Aragón hemos perdido un millón de ovejas en los últimos 15 años. No tiene sentido pagar por esas ovejas que ya no están y se está perjudicando a los que tienen. Hay que aplicar el dinero con sentido común.

¿Qué consecuencias tiene la desaparición de la ganadería extensiva desde el punto de vista medioambiental?

-Si la ayuda es la misma se tenga o no se tenga ganado, sin querer o indirectamente estamos fomentando que no lo haya.

Existe una gran demanda de porcino y cada año hay más granjas. Muchos vecinos se quejan de que aquí solo se crían. ¿Estamos ya saturados?

-Hemos declarado zonas saturadas porque no podemos permitir que crezca de manera desordenada, pero en Aragón hay posibilidades de crecimiento y hay que tomar las medidas adecuadas para que las nuevas granjas se instalen donde sí se pueda. Lo que no debemos es superar la capacidad de acogida del territorio por el criterio de sostenibilidad y no tener que declarar otras zonas.

Municipios como Aínsa o Boltaña han decidido prohibirlas.

-Si ese municipio considera que su apuesta de desarrollo no pasa por el porcino y es una decisión estratégica, está en su derecho de aplicarlo.

Con nuevas industrias como Pini en Binéfar, ¿se va a conseguir la transformación—

-Se va a conseguir en los próximos años ese anhelo que era que el valor añadido que se iba fuera se va a quedar aquí y se va a transformar la práctica totalidad en Aragón con Pini, Ejea, Épila...

Llevamos años hablando de la necesidad de la transformación agroalimentaria. ¿Es la clave de futuro?

-En el porcino vamos a dar un paso importante y tenemos un ejemplo muy bueno en el sector del vino, pero hay otros muchos en los que hay que dar el paso. Por ejemplo, la producción de aceite la seguimos exportando en cisternas y perdemos valor añadido. En la fruta tenemos problema, que obedecen más a una falta de infraestructuras comerciales que sean capaces de llegar a los mercados de una manera más ágil y eficiente que a un exceso de producción. En mercados globalizados hablar de exceso de producción es un concepto que hay que revisar.

¿Desde su consejería de Desarrollo rural qué se puede hacer en la lucha contra la despoblación—

-Tanto el desarrollo rural como la sosteniblidad son objetivos trasversales, el Gobierno lo plantea así y todos los departamentos están involucrados. Las 100 escuelas con entre 3 y 5 alumnos están abiertas en Aragón, y que con los criterios anteriores estarían cerradas, contribuyen al desarrollo rural. Cuando crece la economía por encima del 3 %, en la medida en que Aragón es predominantemente rural también beneficia.

"ES IMPRESCINDIBLE COMPLETAR LA REGULACIÓN DEL AGUA"

Se han desbloqueado regadíos del Canal del Cinca o la Acequia de Ontiñena, pero queda La Hoya con importantes obras de regulación pendientes.

-Hemos desatacado el problema de la zona de Ontiñena y Ballobar y otro regadío histórico de El Tormillo, que databa de los años 50 o 60, así como otros de la provincia de Zaragoza. Es un avance importante y tenemos que seguir trabajando con respecto a las obras hidráulicas.

¿Los regantes verán cumplidas sus aspiraciones?

-Desde el Gobierno de Aragón apoyamos, sin ningún género de dudas, que es absolutamente imprescindible completar la regulación y desde luego los regadíos, garantizar la dotación de agua. De hecho, la buena noticia es el embalse de Almudévar que está la obra en marcha y que viene a garantizar el déficit del sistema de Riegos del Alto Aragón. Nuestro compromiso como Gobierno, inmediato y realista, es desbloquear las zonas declaradas de interés nacional como Monegros. Hay que finalizar ese sistema y Bárdenas.

Estamos hablando de abordar nuevos sistemas, cuando están sin terminar los que llevan un siglo en algunos casos. Lo sensato es finalizar lo que está comprometido. Las zonas declaradas de interés nacional y se tienen que finalizar.

Con el lobo y el oso, chocan dos de sus competencias. ¿No encuentra la solución?

-La presencia tanto del oso como del lobo no es fruto de ninguna decisión que hayamos tomado del Gobierno. El lobo está por su expansión natural y es una especie prioritaria. En el caso del oso es consecuencia de las decisiones que ha tomado el Gobierno francés y no compartimos la decisión. Por eso, la obligación del Gobierno es establecer medidas de ayuda para que el coste que deriva a los ganaderos no tengan que asumirlo porque es por el interés general.