Aragón

ALTO ARAGÓN - FEMINIZACIÓN SECTOR PRIMARIO

El trabajo en el campo y con los animales siempre ha sido "cosa de mujeres"

Las profesiones relacionadas con el mundo agrícola y ganadero se han vinculado tradicionalmente a los hombres

El trabajo en el campo y con los animales siempre ha sido "cosa de mujeres"
El trabajo en el campo y con los animales siempre ha sido "cosa de mujeres"
S.E.

HUESCA.- Son muchas las altoaragonesas que constatan que la labor en el campo y con los animales siempre ha sido "cosa de mujeres". Algunas por su trabajo en la actualidad y otras por el desempeñado durante años en las explotaciones familiares.

El trabajo en el campo ha sido representado durante años como un sector dedicado exclusivamente a los hombres. La tradición marcaba que el hijo varón mayor de cada casa era el heredero universal de la explotación familiar. Sin embargo, el sector primario en los pueblos tenía una cara no visibilizada y, por supuesto, no reconocida a día de hoy, ya que las mujeres eran las que además de ocuparse de la casa y los hijos, llevaban a pastar las vacas, trillaban, araban los campos y aventaban la paja.

A esto se refería Isabel Guillén, alcaldesa de la localidad sobrarbense de San Juan de Plan, quien afirma que, a pesar de haber trabajado siempre en este sector, aún hoy en día cuesta aceptar la imagen de una mujer al frente de una explotación. Sin embargo, "la feminización del sector primario es una ventana al futuro; si las mujeres se quedan en los pueblos, la vida continúa", subraya. Guillén, que es trabajadora social en esta comarca, afirma que "el acceso a una nueva explotación es muy difícil de por sí para todos, por ello, aún más para una mujer debido a su situación desigual ante la tradición del sector".

Esta reivindicación del papel de la mujer y su reinvención en el mundo rural, además de la importancia del tejido asociativo entre las mujeres rurales es el tema que tratará este jueves por la tarde en una conferencia impartida en el Casino de Huesca.

DISCRIMINACIÓN POSTIVA

Asunción Ballarín tuvo claro desde muy pequeña que quería ser "médico de animales", como ella denominaba entonces a los veterinarios. Su padre siempre había tenido vacas y tras estudiar en Zaragoza y realizar unas prácticas en Galicia, volvió a a su pueblo, Plan, donde desde hace más de 20 años desempeña su profesión como veterinaria rural. "Fui la primera mujer en toda esta zona, por lo que muchos ganaderos al principio desconfiaban de mi trabajo. En los pueblos, la sociedad ha sido muy machista y eso se notaba".

Reconoce haber sido acosada en su trabajo, aunque, para ella, fueron casos puntuales y su experiencia es muy positiva. "La discriminación que sufrimos las mujeres se convierte en positiva cuando descubren que desarrollamos perfectamente un trabajo que en el pasado era considerado de hombres", matiza. En todos estos años, asegura que ha habido una evolución, especialmente en las explotaciones agrarias y ganaderas, donde ahora ya existen titulares que son mujeres.

Una de ellas es Laura Alcácera, agricultora de Ayerbe y titular de su propia explotación en la que cultiva cereal de secano y también posee almendros. Su vinculación al mundo agrario le viene por tradición familiar, ya que su padre posee también su explotación en la que Laura ha trabajado desde siempre. "En una explotación de estas características, nos toca trabajar y ayudar a todo el mundo", explica. Hace 4 años decidió emprender esta "aventura", en la que desarrolló una continuación y una ampliación del territorio que ya poseía su padre. Para ella, es una decisión que volvería a tomar y hace un balance positivo de su trayectoria como dueña de la misma. Con respecto al papel de una mujer en este sector, afirma no conocer muchos casos como el suyo aunque "todo está cada vez más normalizado", indica.

Noelia Ríos también es hija de un agricultor de Osso de Cinca. Su contacto con el sector primario y con la naturaleza desde pequeña fue el principal motivo en su decisión de estudiar Ingeniería Agrónoma en la Escuela Politécnica Superior de Huesca. Desde el año 2011, trabaja como ingeniera en la Cooperativa Monegros. Su compañero en la empresa es un hombre y cuenta como anécdota cómo cada vez que un nuevo cliente preguntaba por el técnico, lo hacía en masculino. "Los hombres mayores han heredado esa costumbre, no lo califico como machismo, pero en este ámbito la tradición siempre ha marcado una mayor masculinidad. Se está acostumbrado a una imagen de las mujeres relacionada con las oficinas no con verlas en el campo, como ocurre en mi profesión", subraya. Ríos afirma el gran avance que en el sector primario han logrado las mujeres con su trabajo, pero considera que con respecto a las agricultoras o a las ganaderas aún falta "un poquito por andar".

En un plano más generalizado, Isabel Guillén y Asunción Ballarín coinciden en que son necesarias más ayudas y apoyos a la mujer en el medio rural debido a las dificultades que el vivir en esta zona suma en momentos como el embarazo o la maternidad. Las que son madres afirman que en ese tipo de circunstancias, sin la ayuda familiar cerca, desarrollarse profesionalmente como otras mujeres en ámbitos urbanos, sería imposible e inviable.

A pesar de las dificultades unidas a su condición de mujeres en el medio rural, todas ellas coinciden en que "todo está cambiando". El progreso y el avance dentro de este sector ha abierto paso a que por fin las mujeres visibilicen su trabajo, ese que durante muchos años no ha sido reconocido.