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AGROALIMENTACIÓN

El IA2, un joven centro de investigación con proyectos de vanguardia

El Instituto Agroalimentario de Aragón, con apenas cuatro años de vida, da soporte a 270 investigadores

El IA2, un joven centro de investigación con proyectos de vanguardia
El IA2, un joven centro de investigación con proyectos de vanguardia
S.E.

HUESCA.- La producción de insectos para la alimentación tanto humana como animal es el objetivo de uno de los diversos proyectos de investigación que se "cuecen" en el Instituto Agroalimentario de Aragón . Esta iniciativa pone de relieve el afán de sus investigadores por estar en la vanguardia del conocimiento en materia agroalimentaria y el empuje y músculo de este Instituto, que aún no ha cumplido ni cuatro años de andadura. Y demuestra, también, que Aragón tiene una posición relevante en este campo.

El Instituto Universitario de Investigación Mixto Agroalimentario de Aragón, conocido como IA2, se ha convertido en un soporte para que cerca de 300 investigadores (270 en concreto, de los que 200 son doctores) de la Universidad de Zaragoza (UZ) y del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (Cita) lleven a cabo trabajos en los diversos campos que abarca la totalidad de la cadena de producción de alimentos, desde el agua de riego y la tierra necesaria para los cultivos hasta la llegada del alimento al consumidor final, pasando antes por las materias primas y su transformación. Ambas entidades -UZ y Cita- son cotitulares del Instituto, lo que posibilita que se pueda cubrir todos los eslabones de la cadena agroalimentaria al tener, entre las dos instituciones, distintas especialidades.

Rafael Pagán, catedrático del Área de Tecnología de los Alimentos del Departamento de Producción Animal y Ciencia de los Alimentos de la Universidad de Zaragoza, dirige el IA2 desde su puesta en marcha a finales de 2015. Este investigador explica que el Instituto ha reunido a científicos con años de experiencia en el campo de la investigación agroalimentaria, que han quedado aglutinados bajo un paraguas que ha aumentado sus oportunidades de investigar. En la actualidad, hay 21 grupos de investigación reconocidos por la DGA y otros siete mixtos.

El Instituto tiene cuatro divisiones o líneas de investigación: producción de materias primas de origen vegetal, producción de materias primas de origen animal, ciencia y tecnología de los alimentos, y economía agroalimentaria y de los recursos naturales. Estas cuatro divisiones cubren, en total, 12 grandes líneas de investigación, que incluyen múltiples sublíneas y acciones específicas, que abarcan cualquier problema que hay en los ámbitos vegetal y animal, referentes a producción, sanidad, nutrición, nuevas tecnologías, calidad y seguridad alimentaria, nutrición, alimentos saludables, gastronomía, análisis económico de la cadena, etcétera.

Pagán explica que además del objetivo de generar conocimiento, la otra gran estrategia del Instituto es la transferencia de ese conocimiento al sector. Para ilustrar la sinergia creada entre el IA2 y el sector, Pagán explica que los investigadores del Instituto concurren bien a convocatorias públicas o bien del sector privado para llevar a cabo investigaciones. "Anualmente, venimos a ingresar entre 6 o 7 millones de euros, de los cuales un 60 % viene de convocatorias públicas y un 40 % de convocatorias del sector privado", por lo que -apunta Pagán- "el sector agroalimentario está poniendo alrededor de 2,5 millones de euros al año para que resolvamos problemas que nos plantea". "Eso demuestra que estamos haciendo mucha transferencia", asevera, al tiempo que quiere dejar claro que los investigadores no dan servicios a las empresas porque ellos no son competencia de los laboratorios, sino que son generadores de nuevos conocimientos.

El resto de dinero, unos 3,5 millones, son para desarrollar proyectos de convocatorias públicas, una parte importante de los cuales son europeos con la participación de empresas.

En estos momentos, el IA2 participa en casi en una veintena de proyectos enmarcados en el Programa de Desarrollo Rural (PDR), una herramienta que el director del Instituto considera "muy útil" para conocer al sector y "ver en qué quiere trabajar".

Rafael Pagán señala que cuando se creó el Instituto se continuó con líneas de investigación que ya estaban en marcha, a las que se añadieron otras por las que había interés por parte del sector y, posteriormente, se vio que "podíamos dar el salto y lanzar convocatorias internas para poner a punto nuevas líneas de investigación", capítulo en el que se enmarca el proyecto de producción de insectos para alimentación humana y animal. Para desarrollar esta iniciativa se ha creado un grupo multidisciplinar de investigadores en nutrición animal y humana, otros que se dedican a la transformación, a seguridad alimentaria, etcétera, que ha dado lugar a un PDR en el que las empresas se han interesado. "Tenemos un PDR supraautonómico pedido con empresas del sector porcino para ver qué interés tendría la alimentación de los cerdos con proteína de insecto", explica. Para llevar a cabo el proyecto, el equipo multidisciplinar se ha puesto en contacto con una cooperativa de cerdos, con una empresa transformadora, se están criando dos especies de insectos en la Universidad, en breve se va a obtener harinas y se va a empezar a alimentar pollos y cerdos. "No sé lo que dará esto de sí, pero lo hemos apoyado porque creemos que es una cosa novedosa y debíamos tener conocimiento sobre ello", afirma Pagán.

Como esta, en los últimos meses, el IA2 ha lanzado ocho líneas estratégicas de investigación que no existían antes de constituirse el Instituto, entre las que su director también nombra la dedicada a las antibiorresistencias, consistente en la sustitución de los antibióticos para animales por moléculas alternativas, que puede ser de origen natural, o la ausencia total de antiobióticos para evitar la pérdida de eficacia de antibióticos en el humano, o el referido proyecto referido a los insectos.

Por todo ello, el IA2 contribuye a que Aragón, con el resto de centros investigadores que alberga, tenga un peso importante en el campo de la investigación agroalimentaria.