Aragón

ELECCIONES 26M

Pilar Alegría descarta "cambalaches" que supongan renunciar a la Alcaldía

La candidata socialista recuerda que fue la más votada y reconoce que Ciudadanos "tiene la llave"

Pilar Alegría será la nueva delegada del Gobierno en Aragón
Pilar Alegría será la nueva delegada del Gobierno en Aragón
P.S.

MADRID.- La candidata del PSOE a la Alcaldía de Zaragoza y vencedora en los comicios del domingo, Pilar Alegría, descarta "de plano ningún tipo de cambalache" en las negociaciones que lidera su partido que suponga renunciar a que ella lidere el ayuntamiento, pues eso supondría un "fraude" a lo que votaron los zaragozanos este domingo.

La candidatura que encabeza Alegría fue la más votada el 26 de mayo, con cerca de 92.000 votos (el 27,68% de los sufragios), pero se quedó a un concejal de sumar mayoría absoluta con las formaciones de izquierda Zaragoza en Común y Podemos-Equo. El único pacto de gobierno posible para Alegría, que se hizo con 10 concejales (cuatro más que en 2015) pasa por Ciudadanos, que obtuvo casi 60.000 votos y seis concejales.

En declaraciones a Europa Press, Alegría esgrime su resultado, que representa una crecida para su partido del 50 por ciento en la ciudad de Zaragoza, en comparación con los apoyos recabados en 2015, cuando el candidato fue Carlos Pérez Anadón y la alcaldía acabó en manos de Zaragoza en Común. Y aunque defiende que ahora hay que hablar "con todos los partidos", reconoce que es Ciudadanos quien "tiene la llave" para decidir el color del futuro gobierno municipal. O bien opta por un "Gobierno estable" liderado por el PSOE o se inclina por reproducir "la foto de Colón", en alusión a un eventual pacto con PP y Vox, que a buen seguro, en opinión de Alegría, no gustará a la mayoría de los zaragozanos.

En las negociaciones que se abran entre los partidos de cara a conformar el gobierno municipal de Zaragoza, Alegría es clara y advierte de que en ningún caso se pueden dar "cambalaches, jugarretas políticas" que consistan en usar el ayuntamiento de la ciudad como moneda de cambio en una negociación más global en la que entren en juego otras plazas o territorios.

Y recuerda las palabras empleadas por la "número dos" del PSOE, Adriana Lastra, cuando se mostraba en contra de intercambiar instituciones.