Aragón

ALTO ARAGÓN - COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN DE HUESCA

Ana María Acín, de los apartamentos "Cañardo" en Orós Alto: "El turismo rural fue la opción que vi para trabajar en el pueblo y no me equivoqué"

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Ana María Acín, de los apartamentos "Cañardo" en Orós Alto: "El turismo rural fue la opción que vi para trabajar en el pueblo y no me equivoqué"
Ana María Acín, de los apartamentos "Cañardo" en Orós Alto: "El turismo rural fue la opción que vi para trabajar en el pueblo y no me equivoqué"
S.E.

HUESCA.- "Al principio apostamos mucho y lo pasamos mal, pero ha merecido la pena. Estamos contentos, tanto que estamos construyendo otra casa de turismo rural para grupos". Diez años después de iniciar su aventura con apartamentos rurales en Orós Alto, en el municipio de Biescas, Ana María Acín, se muestra convencida de que su decisión fue acertada. "Solo del turismo rural no podríamos vivir, pero sin él, no viviríamos igual de bien", asegura.

"El turismo rural fue la opción que vi para trabajar en el pueblo y no me equivoqué", asegura.

Además, "es de las pocas posibilidades laborales que hay aquí, porque si no me tendría que ir a trabajar fuera y no estaría en el pueblo en todo el día", indica Acín. Y quedarse en Orós Alto fue lo que les animó a construir los cuatro apartamentos rurales "Cañardo", que llevan el nombre de la casa en la que nació su marido, donde hasta no hace tantos años tenían los machos, las vacas o las ovejas.

"Cuando obligaron a sacar los animales de los cascos urbanos, quedaron allí construcciones y en su lugar levantamos los apartamentos", explica. "Acabamos a finales de 2009, en plena crisis, y Orós no lo conocía nadie. No fue fácil, pero ahora ya es otra cosa", señala desde esta localidad del Alto Gállego, en la que viven una veintena de personas.

Sus apartamentos están integrados en la Asociación de Turismo Verde, una marca de calidad del turismo rural, y además totalmente vinculados al entorno porque tienen una granja con unas 150 ovejas, burros, caballos, gallinas... que supone uno de los principales atractivos para las familias con niños. "Nosotros somos rurales de verdad porque mantenemos los animales y los cuidamos nosotros", indica, a pesar de que su marido trabaja de chapista en Sabiñánigo y no se dedica a la ganadería.

Fue por él, natural de Orós Alto, por lo que Ana María Acín, nacida de Sandiniés, en el municipio de Sallent de Gállego, bajo a esta localidad del mismo Valle de Tena cuando se casaron hace 25 años. "Mi marido siempre tuvo muy claro que quería quedarse en su casa, mantener su propiedad, así que si no hubiera querido vivir aquí, igual no nos hubiéramos casado", indica para ejemplificar que la apuesta por el medio rural la hicieron antes ya del turismo. Eso sí, "sin este no viviríamos igual de bien", reitera.

En este momento, Ana María dejó su empleo en la venta Sancho de Portalet y en Formigal, donde trabajó muy a gusto durante 25 años. "Renuncié al trabajo por no estar todo el día fuera, los desplazamientos... y cuando mis hijos crecieron, me planteé que tenía que hacer algo", apunta. Y así es como llegó al turismo rural. "Me hago la ropa, la limpieza... porque no da para tener a alguien. Pero para otras cosas me ayuda mucho la Asociación de Turismo Verde, porque te echan una mano cuando algo se te escapa. Y cualquier duda te la resuelven", resalta.

Ahora, han iniciado la construcción de una casa para grupos, porque han observado que hay demanda. Ya consiguieron poner Orós Alto en el mapa, de forma que muchos esquiadores ya saben que está muy cerca de las pistas, a solo cinco minutos de Biescas y poco más de Sabiñánigo y en un punto con un clima agradable. De hecho, en los últimos años ya se alquilan más casa del pueblo para el turismo. "Nos hemos animado porque creemos que aún se puede trabajar más", comenta.

Sus hijos de 23 y 19 años cursan fuera estudios y "aquí están limitados para trabajar", señala, pero "ellos están encantados de vivir aquí". Se criaron con otros dos más o menos de su edad en esta localidad en la que ahora hay una familia con dos niños pequeños y pronto llegará otra con tres que se está construyendo la casa. "No sé si mis hijos volverán o qué harán, pero siempre pueden darlo a alguna agencia para que lo alquile o lo que sea", apunta a vuelapluma. "Lo bueno es que en este pueblo todas las casas se mantienen abiertas", asegura mientras sigue trabajando por ella y para que sus hijos puedan tener un futuro allí.