Aragón

ALTO ARAGÓN - APICULTURA

El censo de colmenas se estabiliza en 100.000 tras subir por la crisis

El sector apícola lucha por los precios y el etiquetado

El censo de colmenas se estabiliza en 100.000 tras subir por la crisis
El censo de colmenas se estabiliza en 100.000 tras subir por la crisis
R.B.

HUESCA.- Tras unos años en los que el censo de apicultores y colmenas aumentó en Aragón debido a una mayor incorporación al sector por la crisis económica, el número de apicultores se ha estabilizado en la comunidad, donde hay alrededor de 100.000 colmenas, de las que 35.000 se localizan en Huesca, provincia en la que hay unos 350 apicultores.

En el conjunto del país, Aragón es "una comunidad intermedia" y su modelo de producción está basado en las pequeñas y medianas explotaciones, que se enfrentan a algunos de los problemas del sector.

Así lo explica Rafael Blanc, actualmente presidente de la Asociación nacional de Veterinarios Especialistas en Apicultura tras haber estado prácticamente tres décadas como veterinario responsable de la ADS Apícola de Huesca, por lo que conoce muy bien el sector. Un sector que el pasado 31 de enero salió a la calle (se manifestó frente a la sede del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) para dejar constancia de algunos de sus problemas y reivindicaciones.

El también vicepresidente del Colegio de Veterinarios de Huesca incide en que el precio y el etiquetado de la miel son "un problema que afecta a todo el país", aunque atañe más de lleno a los apicultores que trabajan con la miel al por mayor que a los que envasan su propia cosecha, porque estos últimos "asumen el valor añadido de la miel".

Blanc explica que las mayoristas exportan la miel española a países como Francia y Alemania, principalmente, e "importan mieles mucho más baratas" de China, Ucrania o Argentina, "que son la que envasan". El problema llega con el etiquetado, porque la normativa europea obliga a detallar en la etiqueta que se trata de una mezcla de miel de la Unión Europea con otra de países no comunitarios, pero no obliga a especificar el porcentaje. Y puede pasar -ilustra Blanc- que un consumidor compre un bote de miel que contenga un 99 % de miel china y 1 % española. "Para evitar esa competencia, el sector está exigiendo que en la etiqueta ponga no solo el origen sino también el porcentaje".

Y aunque parezca paradójico, asegura Blanc que España es "autosuficiente", sin embargo, "si miras las estadísticas somos unos grandes exportadores y unos grandes importadores". "La miel española, que es de muy buena calidad, se manda al extranjero, a Europa, que la aprecia y la paga bien".

A la hora de hablar de rentabilidad, no duda en afirmar que las explotaciones más viables son aquellas que pueden vender directamente, sin intermediarios, toda su producción. Considera, en este sentido, que "a todos los apicultores que pueden vender su miel, por sí mismos, no les afecta la crisis", mientras que los que la venden a granel a comercializadores están a expensas de los precios de mercado.

Mientras que el precio y el etiquetado afectan más a quienes venden al por mayor, hay problemas comunes a todos como enfermedades, el abejaruco, el avispón asiático (especie invasora con presencia muy puntual en Aragón), la sequía o el mal uso de los fitosanitarios.