Aragón

DOMINGO - PUEBLOS LLENOS DE VIDA

Peñalba: Diversidad y contrastes que enamoran a los visitantes

La villa a la que dio título la reina Isabel combina paisajes abruptos y amables

Peñalba: Diversidad y contrastes que enamoran a los visitantes
Peñalba: Diversidad y contrastes que enamoran a los visitantes
A.P.

Lal reina Isabel concedió el título de Villa a Peñalba y dicen que hace muchos años se ubicaba en una zona llamada "Peñalbeta", que significa "altura blanca", lo que nos lleva a creer que creció en el entorno de algún castillo o atalaya.

Su alcalde, José Roberto Saurat, nos muestra esta villa que destaca por su diversidad, "uno de los enclaves más ricos y con más contrastes de Los Monegros", donde confluye el único curso de agua permanente que se origina y termina en Monegros, los acantilados de estratos calcáreos del barranco y del Ebro, un lago artificial de más de 400 kilómetros de costa o una importante área boscosa autóctona y la estepa cerealista.

Para Saurat, Peñalba es única. "Se respira paz y tranquilidad, podemos presumir de ofrecer todos los servicios, desde Escuela Infantil, que vamos a ampliar, banco, comercios, restaurantes, farmacia, servicio médico o polideportivo con todas las prestaciones". Situado al sur de la comarca, está próximo al límite de la provincia de Zaragoza "y por donde pasa la N-II kilómetro 400, lo que hace que tengamos excelentes comunicaciones".

Se puede visitar la iglesia de La Santa Cruz, con fachada de piedra sillar y puerta en arco de medio punto, su planta parece más una cruz griega que latina, con gran nave central y dos laterales, separadas por pilares y arco de medio punto, "y la Ermita de Santa Quiteria que originalmente era un templo románico".

El ayuntamiento desarrolla rutas en bicicleta y senderismo "rodeando el barranco de Valcuerna, desde Peñalba hasta la desembocadura en el embalse de Caspe. En este recorrido se pueden apreciar los regadíos, el secano y los pinares", señala el edil. La vegetación que bordea el barranco "se convierte en un bosque de tamarices que forman un túnel encima del agua haciendo impenetrables sus riberas". En el cauce pueden verse ejemplares del galápago leproso, abundante todavía en la Valcuerna, "el único río que nace en los Monegros de caudal permanente, en parte gracias a los aportes sobrantes de los regadíos de la zona, con un único punto de todo el recorrido en el cual se puede ver el curso fluvial, ya que en todo momento está oculto por el túnel vegetal".

En los cortados de estratos calizos, constantes en las laderas, el águila real y otras especies como el búho, el avión roquero y el culiblanco negro encuentran en sus paredes un biotopo ideal para anidar. "Ocupan las laderas pinos carrascos que destacan sobre las negras sabinas. Por la zona podemos contemplar algún ejemplar de terebinto y de arce escarrio", explica Saurat.

Otra ruta se puede realizar desde Candasnos combinándo la carretera con el camino, o bien suprimiendo la carretera y evitando así la zona de mayor desnivel situada en este tramo. Esta opción reduce el recorrido a 25 kilómetros, con una pendiente más asequible, del 1%, y que recorre el tramo más atractivo para los cicloturistas o senderistas. En el trazado rectilíneo, la carretera atraviesa un paisaje surcado por grandes campos de regadío. En su tramo final comienza un acusado descenso que desemboca en un amplio valle, el Barranco de Valcuerna, "y un poco más adelante, en un cruce, tomando el ramal izquierdo, tras un ligero repecho se alcanza un refugio de pescadores, tras 11 kilómetros de pista. Este punto está en alto, y ofrece excelentes vistas de la desembocadura del barranco en el Embalse de Mequinenza".