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Productores de ovino urgen ayudas para el sector para afrontar la crisis generada por el coronavirus

Quieren que se incentive la reposición o que se retire producto

Productores de ovino urgen ayudas para el sector para afrontar la crisis generada por el coronavirus
Productores de ovino urgen ayudas para el sector para afrontar la crisis generada por el coronavirus
S.E.

HUESCA.- Los productores de ovino urgen ayudas al sector en un momento en el que se ha producido una caída de precios y de ventas por la pandemia. En general, el estado de alarma ha pillado los cebaderos llenos de corderos para salir al mercado porque ha coincidido con la época del año de mayor producción y demanda. Por ello, la Cooperativa Oviaragón-Grupo Pastores, que agrupa a unos 700 productores aragoneses, de los que un tercio son altoaragoneses, reclama ayudas directas al ganadero, que se incentive la reposición para dejar más corderas y rejuvenecer rebaños; que se ayude a la industria para la congelación; que se retire producto del mercado; y una vez que esto acabe promoción para que se recupere la hostelería.

"Ha sido un momento complicado, pero con ayudas se puede salir adelante", indica el director general, Ángel Tarancón, a pesar de que en Oviaragón no les ha pillado con mucho stock y sus canales de venta no están tan afectados. Con todo, sus ventas han bajado un 20 %. Pero tiene una cierta esperanza de que se recupere, porque va a salir un barco a Arabia y se ha exportado algo más a Italia y Francia que al inicio de la crisis, aunque se encuentran al 50 % del año anterior. Al menos, sirve para aliviar el mercado.

El Gobierno central ha anunciado ayudas directas de 30 euros por cordero hasta un máximo de 70, lo que hace un total de 2.100 euros, para aquellos que lleven el producto directamente al matadero. Tarancón asegura que esto deja fuera al 95 % de los ganaderos, de forma que han alegado para que las ayudas se dirijan a todos, tanto a los que hagan así las ventas como a los que los llevan a los cebaderos. Este es el modelo de las cooperativas que, en esta situación, y en el caso concreto de Oviaragón-Grupo Pastores ha permitido a todos los socios sacar sus corderos.

"Desde Oviaragón hemos recogido todos y hemos atendido todos los servicios", indica Tarancón, entre otras razones porque su compra a los socios es estable y su mercado de venta está diversificado. De hecho, se dirigen más a las carnicerías y grandes superficies pero no tan directamente a la hostelería. "Nuestros canales de distribución se han visto menos alterados y nos ha permitido aguantar mejor el precio", apunta. Con todo, de los 78 u 80 euros que pagaban por cordero antes de la crisis, bajaron a 72, 65 y 60 euros. "Partíamos de precios altos para estas fechas, pero no quiero decir que no sean los que tendría que tener el sector, pero por ahí en el campo los precios están bastante más baratos", dice.

Uno de los socios, Francisco Santolaria, ganadero junto a su hermano en Molino Villobas (Sabiñánigo), tenía 780 corderos, de los que 580 estaban listos para salir al mercado y ya tenía previsto dejar 200 corderas de reposición para su rebaño de 1.200 reproductoras. En su caso, hacen tres ciclos al año -en primavera, en julio y en Navidad-, por lo que esta crisis le ha afectado a un tercio de su producción y estima unas pérdidas de entre 6.000 y 7.000 euros.

"En Oviaragón al menos nos cogían toda la producción, que no quiero pensar en el ganadero que vendía a restauración. Esta crisis pone de manifiesto que si queremos obtener algún recurso más, como no estés en una organización...", indica este socio también de las organizaciones agrarias de Asaja y Uaga. Al final, "es como estar cuatro meses al año trabajando para no ganar nada. Trabajas desanimado", comenta.

Tarancón no comparte la denuncian de quienes dicen que la caída no se nota en la tienda. "La repercusión no es tan directa porque los costes intermedios son los mismos y la bandeja lleva el 10 % de IVA. Pero hay que diferenciar entre el precio vivo o en canal. Al final, la carne de cordero es más cara de producir porque no funcionan las economías de escala como con el porcino", detalla. Por ello, "si no se tienen ayudas, repercutir todos los costes al cliente es difícil. Se tiene que reconocer la labor medioambiental para que se pueda compensar", señala.

Cree que hay cuestiones, como los derechos históricos, que se pueden resolver con la reforma de la PAC (Política Agrícola Común), pero estima que es mucho más inmediato que esas ayudas al sector anunciadas por el Gobierno central sean directas al productor, lleve el producto a cebadero o directamente al matadero, y tengan una buena dotación presupuestaria.