Aragón prepara planes para una progresiva vuelta a la normalidad

HUESCA.- El Gobierno de Aragón prepara planes para aplicar a la realidad concreta de la comunidad lo que se ha venido en denominar "desescalada", es decir, el levantamiento progresivo o por fases de la reclusión domiciliaria decretada para contener la expansión del coronavirus.

El presidente del Ejecutivo autonómico detalló el domingo que se van a tener en cuenta aspectos como la demografía, el impacto del virus, la actividad económica, la posibilidad de llevar a cabo actividades físicas o la conveniencia de atender a los huertos familiares, una actividad entre productiva y lúdica, apuntó Lambán.

El mandatario precisó que siempre las decisiones sobre el retorno a la normalidad son competencia del Gobierno central y a sus decisiones queda sometida la administración autonómica.

En todo caso, Lambán apuntó que esta "desescalada" no ha de presentar diferencias territoriales, en función de comunidades autónomas, sino que los criterios han de ser de conveniencia en función de los parámetros antes apuntados, con condiciones demográficas o epidemiológicas que pueden ser comunes a zonas de cualquier comunidad autónoma.

Lambán señaló que Pedro Sánchez no había concretado ni plazos ni condiciones. Con todo, el presidente del Gobierno de Aragón dijo que la decisión conllevará un programa sobre el que habrá que tomar decisiones y para el que se anticipa ya la comunidad autónoma con el trabajo antes referido.

Tampoco hubo en la conferencia de presidentes datos acerca de las condiciones en las que los menores podrán salir a la calle a partir del 26 de abril, tal y como anunció anteayer el presidente del Gobierno de España.

Lambán se congratuló por esta decisión, que llevan pidiendo desde hace semanas, y apuntó que será necesario además establecer planes de ayuda a las familias para cuando en sucesivas fases se pueda retornar al trabajo y los niños deban quedarse en casa porque no se hayan retomado las clases.

Recordó que no es posible en esta situación recurrir a la ayuda habitual de los abuelos, por ser una población de mayor riesgo ante el coronavirus, de modo que será necesario arbitrar sistemas alternativos que faciliten la conciliación laboral y familiar.