Aragón

ALTO ARAGÓN - COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN DE HUESCA

"Autopista" a un pueblo sin luz para ver cine bajo las estrellas: Bienvenidos a Ascaso

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"Autopista" a un pueblo sin luz para ver cine bajo las estrellas: Bienvenidos a Ascaso
"Autopista" a un pueblo sin luz para ver cine bajo las estrellas: Bienvenidos a Ascaso

ASCASO.- Por primera vez, se puede subir a Ascaso por el acceso asfaltado. Los vecinos ya pueden estrenar la calzada que conduce hasta este núcleo del Sobrarbe donde, del 25 al 29 de agosto, si no se complica por la pandemia, se podrá disfrutar de la muestra de cine más pequeña del mundo.

Este festival de cine independiente, que celebrará su novena edición con un aforo reducido, nació con la idea de revitalizar el pueblo. Una casa de turismo rural, cuatro más reconstruidas y la Borda del Cine se erigen entre otras tres casas en ruinas de este núcleo que se vació casi por completo en los años 60, aunque nunca se llegó a deshabitar, ya que una familia lo mantuvo vivo. Bienvenidos a la calle única de este núcleo de Boltaña al que la "autopista" -en comparación con lo que había- de cuatro kilómetros lo abre al futuro y en el que durante unos días al año se pasean premiados en Cannes.

"Cuando me relumbre el sol / (acer)cate paso a paso/ y sabrás la hora que es/ es este relo de Ascaso". Con esta inscripción en el singular reloj de sol que luce colorido en la herrería se recibe a los visitantes. Y no solo del sol se depende para saber la hora sino para encender una bombilla, ya que carecen de tendido eléctrico. Un sistema de placas solares caducado hace cinco años sigue dando suministro a algunos vecinos, otros tienen el suyo propio, mientras las administraciones avanzan poco en la solución más adecuada. La IX Muestra de Cine de Ascaso invita a ver cine bajo las estrellas, que más que una metáfora, es una necesidad.

Sus codirectores Néstor Prades y Miguel Cordero también estrenan este sábado la pista, así como los clientes de su establecimiento de turismo rural, Casa Juez, que pusieron el marcha en el año 2000. Nacidos en el interior de Castellón y Zamora, respectivamente, y asiduos al Pirineo, se enamoraron del lugar y compraron una casa. "La gente rehabilita las casas y no mantiene ninguna vida social ni con el vecino de al lado, que no sabe ni quién es o si le pasa algo. Nosotros queríamos rehabilitar la casa hacia dentro, pero también la vida en el pueblo", asegura Cordero. Por ello, comenzaron a organizar una comida popular en torno a la fiesta de San Julián en septiembre para que acudieran también los vecinos de siempre.

Allá por 2010 Néstor trabajaba en un proyecto de una página web de cine independiente y decidieron hacer unas proyecciones en su casa. Invitaban a directores a que llevaran sus películas, a lectores de la web y amigos de la zona para que las vieran. Por ahí llegó, en diciembre de 2011, Javier Tolentino, director del programa de cine de Radio 3, "y nos dijo que el pueblo tenía un potencial grandísimo, que lo mismo que hacíamos en invierno para 8 o 10 personas lo podíamos hacer en verano para 100 o 200". Aunque él pensó en algo más grande, así surgió la muestra de cine más pequeña del mundo a la que este año llegarán los cineastas españoles Jon Garaño, José Mari Goenaga, Aitor Arregui y Oliver Laxe. "Apareció gente interesante, nos animaron un montón y aprendimos a montar un festival", indica Cordero. Han conseguido hacerse un hueco en los festivales de cine en España, por ser un lugar especial en torno al cine independiente.

Ese primer verano una tormenta los expulsó de la era y les obligó a refugiarse en una borda "en la que llovía más dentro que fuera", indica Cordero. "Pensamos que si la primera noche de un festival de cine se caía un trozo de viga encima de la gente y acabábamos con muertos, era el fin del festival y el nuestro como personas. Si queríamos repetir, teníamos que hacer algo", recuerda. Por ello, al año siguiente lanzaron una campaña de "crowfunding" para rehabilitarla. Esta campaña les dio una popularidad porque su objetivo no solo era traer buen cine al medio rural sino restaurar Ascaso y, también, repoblarlo.

Esa borda es la del Cine, cedida por Santiago Ceresuela y Carmen Sesé, un matrimonio hoy octogenario que disfruta de su pueblo, donde siempre han tenido las vacas. Santiago y Carmen nacieron en dos de las seis casas originarias, Capablo y Lanau, respectivamente, que conformaban este núcleo de la "España vaciada". Y, en este caso, Miguel Cordero asegura que no hay lugar a dudas con el término elegido porque carecía de acceso y otros servicios básicos.

Emilio Sesé, de 76 años y hermano de Carmen, volverá este fin de semana a Ascaso, donde se está arreglando una borda con el deseo de que sus hijos y nietos puedan ir al pueblo que él tuvo que abandonar a los 14 años para buscarse la vida. Uno de sus hermanos mayores de un total de siete ya había salido a servir, como se decía entonces por ahí cuando marchaban a trabajar a casas más pudientes. En su caso, bajó a Barbastro, donde se ha ganado la vida como mecánico de motores. "En 40 o 50 años no había subido, no había ni acceso ni nada, me daba pena. Ahora, desde que está Miguel que anima el pueblo es otra cosa y gracias a él, existe", comenta. "A todos nos hace ilusión que el pueblo siga. Ahora, han reparado la pista y la próxima vez que subamos ya la tendremos", comenta.

Son 4,160 kilómetros de calzada con una anchura media de 4 metros desde la N-260 entre Boltaña y los túneles de Balupor, antes del congosto de Jánovas, que por primera vez se ha asfaltado. La primera pista ya existía y se fueron haciendo obras de tierra y de fábrica para facilitar el acceso. La última actuación, según la memoria técnica, consistió en aumentar la densidad de las obras de fábrica, afirmar y pavimentar el primer kilómetro por su especial pendiente. Ahora, se ha mejorado el firme en zonas no acondicionadas anteriormente, se ha asfaltado y se han acondicionado las cunetas con una inversión de unos 100.000 euros de la Diputación Provincial de Huesca. Cordero agradece la disposición de esta institución, que ha atendido la demanda que le pusieron el año pasado sobre la mesa y que apoya el festival.

Ahora su sueño es conseguir la luz. La instalación actual data de finales de los años noventa y no da más de sí. "Cualquier día nos quedamos sin luz. Hay vecinos nuevos que no tienen sitio en la central y están con generador", denuncia Miguel Cordero. En 2015 lanzaron una campaña "Luz para Ascaso", "pero aún estamos esperando: la Diputación puso un dinero (50.000 euros) pero la empresa no lo ejecutó; el Ayuntamiento está con un proyecto para poner la luz con cables, que cuesta mucho dinero y tiempo. Decimos que es más fácil montar una central solar para diez casas por 100.000 euros, que subir cables por 500.000, porque nos da la impresión de que es una utopía", indica.

Néstor Prades vive todo el año en Ascaso con la casa de turismo rural, excepto los dos meses del crudo invierno que cierra y baja a Madrid, donde Miguel Cordero trabaja como técnico de Participación Ciudadana y Cooperación en un ayuntamiento. Nuevos vecinos y antiguos, como Emilio, disfrutan de sus casas y de un entorno privilegiado a 1.100 metros de altitud. Y, desde el sábado, de la "autopista", en lugar de alfombra roja, a la era del séptimo arte.