Aragón

ALTO ARAGÓN - COLABORAN: CAJA RURAL Y DIPUTACIÓN DE HUESCA

El patrimonio religioso como atractivo para fijar población en el medio rural

#CONTRALADESPOBLACIÓN

El patrimonio religioso como atractivo para fijar población en el medio rural
El patrimonio religioso como atractivo para fijar población en el medio rural
Á.H./DIÓCESIS DE BARBASTRO

BARBASTRO.- El patrimonio religioso es uno de los efectos dinamizadores de la Diócesis de Barbastro-Monzón, cuyo prelado, Ángel Pérez, lo considera "una referencia de identidad" y destaca la influencia directa en sectores como restauración y hostelería, "por tanto, entre las opciones para los habitantes en el medio rural". Las visitas pastorales le han llevado hasta 242 parroquias de la Diócesis que abarca 7.374"13 kilómetros, "casi la mitad oriental de la provincia". Además de conocer a los vecinos de los pueblos, ha constatado "la importancia de las mujeres en el medio rural" y también los desafíos propios de la despoblación.

La vida en el medio rural destaca entre los aspectos más valorados por los obispos aragoneses y también la importancia del servicio que realiza la Iglesia. Se considera "una prioridad" y no quieren dar la impresión de que "un acercamiento a nuestra realidad rural tenga solamente lecturas negativas o pesimistas, porque sabemos de sobra que hay aspectos muy positivos para resaltar y grandes signos de esperanza".

Ángel Pérez, que ha sido "peregrino en territorio diocesano", señala que "los pueblos todavía son espacios de acogida, de hospitalidad, de compartir, de sencillez, de ayuda, de alegría, de vida acompasada a los ritmos de la naturaleza y de religiosidad, porque sus habitantes aún viven estas virtudes". Añade que "en la naturaleza se desarrolla de forma especial la contemplación, la alabanza cósmica, la acción de gracias por el ciclo de la vida, por la Casa común que tenemos que cuidar entre todos y legar a las futuras generaciones".

Se constata "el aspecto positivo que supone el rostro femenino en el medio rural. Sabemos que la presencia y el dinamismo de nuestras mujeres ha obrado grandes maravillas, han garantizado la vida en los pueblos". Además "no solo dirigen sus hogares y colaboran en tareas agrícolas y ganaderas, sino que han impulsado iniciativas culturales, asociativas, de creación de empleo, han cuidado a los mayores, han sido pilares de la educación y de la transmisión de la fe y sus valores". El modelo es común entre las mujeres del ámbito rural y extensible al territorio diocesano.

En este contexto, la relación entre el patrimonio religioso y la despoblación son evidentes y con repercusiones. "El concepto de vivir en pueblos lo entiendo porque en mi familia descendemos de uno de ellos. Tal vez por eso soy muy sensible a todas las necesidades en todos los que he visitado. La mayoría, bien acondicionados y, sin embargo, están despoblados. El trabajo fija la población pero apenas existe porque la agricultura y la ganadería son insuficientes".

Así, "los jóvenes se marcharon, permanecen los mayores y entonces piensas qué activos quedan, naturaleza espectacular y admirable, además de un patrimonio religioso heredado. En las portadas de muchas iglesias y en capiteles queda constancia de momentos de la vida. Ese patrimonio es reflejo del alma de cada vecino. Me ha conmovido la belleza plasmada en el patrimonio religioso".

Señala el obispo que "el patrimonio es una oportunidad que hay en los pueblos si lo pensamos desde un proyecto diocesano global porque de modo aislado no se rentabiliza. A pesar de que la rentabilidad económica no sea el objetivo principal". En la misma línea, "despoblación y patrimonio son la pescadilla que se muerde la cola. En despoblados, el patrimonio queda abandonado y, donde no hay, como atractivo que sume a la naturaleza, es difícil fijar población".

Así que, "nos parece importante esa vinculación, el patrimonio, religioso en este caso, al servicio de la diócesis y de la mano de otros sectores para ayudar a generar riqueza económica, cultural, espiritual, y fijar población". A medida que se ha adentrado en pueblos ha descubierto que es una referencia de identidad "con futuro abierto y signos de esperanza. Si hacemos conjunción de patrimonio, naturaleza y creatividad de las personas hay un potencial diocesano. He dejado hacer muchas iniciativas sorprendentes".

En este aspecto, Ángel Pérez indica que "el turismo religioso lo da el patrimonio y nos identifica una marca, el arte Románico que combinado con otros atractivos harían un pack extraordinario si somos capaces de una mirada en común. Montañana, Roda de Isábena, Obarra, Alaón, Luzás y San Juan de Toledo son muestras importantes y están en territorios despoblados. Los efectos de la pandemia se han notado y las cifras de visitantes han sido la mitad de los registros de 2019".

Se refiere a la catequesis social en torno al patrimonio, transmite muchos valores, asequibles". En las visitas a los pueblos y de sus conversaciones con alcaldes y vecinos destaca "el cariño y la atención que reciben de los párrocos y también de los animadores porque son habituales en la vida social. En cambio, están muy inquietos por temas de salud, sabedores de que las distancias hasta los hospitales de Barbastro, Huesca y Zaragoza son largas". Además, "la educación de los hijos, porque tienen que salir de casa. Y sobre todo, comunicaciones. En cambio, están satisfechos porque disponen de adelantos que hacen posible el teletrabajo, gracias a la Diputación Provincial con el Plan Banda Ancha".

DESAFÍOS EN EL MEDIO RURAL

El patrimonio está entre los desafíos en el medio rural. "Tiene que ser un elemento dinamizador y me refiero a la Casa de Dios, para prestar los servicios de calidad que necesita la gente y está entre las cosas que mejor se gestionan hasta ahora con respuestas concretas". En la carta pastoral sobre el medio rural, los obispos de Aragón incluyen 16 desafíos concretos que afectan a la situación demográfica, turismo, población inmigrante e incluso "la visión romántica del verdadero mundo rural".

"HAY MONUMENTOS QUE CONTRIBUYEN AL DESARROLLO"

"En los pueblos diocesanos hay monumentos emblemáticos que contribuyen al desarrollo", explica el obispo Ángel Pérez. En referencia al litigio por la devolución de 111 obras de parroquias aragonesas que se conservan en el Museo de Lérida, según indica, "cuando me tocó afrontar la realidad pensé en las posibilidades que tendría un proyecto compartido por las diócesis con la única condición de que no se cuestionara la autoría ni la propiedad. Enseguida pensé en la Marca Hispánica como referencia para beneficiar a localidades de las diócesis. El planteamiento gustó en Lérida pero no lo aceptaron. Así que hemos sacado otras iniciativas donde han colaborado las instituciones públicas para la conservación del patrimonio".

El prelado destaca "la buena conservación para sacar adelante iniciativas con las que se demuestra que la Iglesia también genera riqueza material y lleva consigo afianzar la población, que la gente no se marche de sus lugares". Ángel Pérez citó el ejemplo que fue la Escuela de Hostelería en Guayente entre otras iniciativas beneficiosas para el Valle de Benasque: "En aquellos momentos prosperó porque era una necesidad y se contribuyó para mitigar, entonces, los efectos de la despoblación".

Al mismo tiempo, destaca "el interés creciente por las visitas a lugares como Roda de Isábena, que ha recibido a 5.206 personas entre julio y agosto, y Obarra con 1.471, cifras inferiores al año pasado por las limitaciones de grupos y el cierre temporal por pandemia. En el Museo Diocesano se ha detectado un aumento de visitas".

La convocatoria de las Jornadas Nacionales sobre Patrimonio Eclesiástico ante la España vaciada se ha aplazado para el año 2021, muestra del interés por el tema. "Tenemos tres ingredientes únicos, naturaleza excepcional, patrimonio artístico, nuestra gente, acogedora y próxima, además de la gastronomía", comenta.

MENOS DE 100 HABITANTES EN MUCHAS PARROQUIAS

La estructura diocesana de la segunda diócesis aragonesa por número de población se distribuye entre cuatro arciprestazgos que suman 100.044 habitantes con "desigual estructura demográfica", según informa Ascen Lardiés, delegada de medios. De las 242 parroquias "las del norte son muchas y están muy despobladas, las del sur, menos numerosas y más pobladas".

En el desglose por comarcas, Sobrarbe-Ribagorza cuenta con 16.650 habitantes que se distribuyen entre 159 parroquias; mientras que Cinca Medio-Litera suma 39 parroquias y 37.150 personas; Somontano, 25 parroquias y 18.809 vecinos; y Bajo Cinca, 19 parroquias y 26.694 habitantes. En definitiva, "más de la mitad de las parroquias tiene menos de 100 habitantes y apenas representan el 6,67 % de la población".

El resto, se reparten la población de la siguiente manera: "El 25,61 % de las parroquias no llega a los 500 habitantes y cuenta con un 12,44 % de la población; el 7,02 % está entre 500 y 1.000 habitantes y agrupa a otro 12,87 % de la población. Solo el 4,95 % de las parroquias alcanza una densidad entre 1.000 y 4.000 habitantes por lo que agrupa al 22,22 % de los diocesanos". En cambio, "el 2,06 % de las parroquias tienen más de 5.000 habitantes y cuenta con casi la mitad de población, el 45,80 %. Esta estructura demográfica plantea problemas pastorales que la organización diocesana afronta a diario".